Balance. Militares de alto rango entrevistados en la zona aseguran que desde el 2008, cuando empezó la contraofensiva antiterrorista en el valle de los ríos Apurímac y Ene, se han incrementado las bases contraterroristas de 20 a 33.
María Elena Hidalgo.
Pichari, Cusco, Vrae.
María Elena Hidalgo.
Pichari, Cusco, Vrae.
Cuando las Fuerzas Armadas iniciaron el 30 de agosto del 2008 la contraofensiva antiterrorista bajo el nombre de "Operación Excelencia 777" en el valle de los ríos Apurímac y Ene, Sendero Luminoso contaba con un área de influencia de 162 mil kilómetros cuadrados. Y el Ejército en ese momento sólo tenía 20 bases contrasubversivas, 30 menos respecto al año 2000.
Han transcurrido más de tres años y las fuerzas de seguridad han conseguido reducir a 20 mil kilómetros cuadrados el espacio en el que se desplazan los senderistas y han logrado instalar 33 bases contrasubversivas. Las Fuerzas Armadas miden si avanzan o retroceden respecto al enemigo en función del territorio que se le conquista. En Pichari, sede de la Región Militar del Vrae (RMV), bajo el mando del general de división EP Víctor Montes Barrios, la evaluación es que se ha "encapsulado" a los terroristas en un territorio más pequeño.
Ahora las Fuerzas Armadas han ingresado en una etapa de "movilidad táctica", que consiste en el desplazamiento de las bases contrasubversivas según el movimiento de los senderistas, que se han retirado hacia la zona selvática del río Ene, en la provincia de Satipo, Junín, y en las zonas selváticas de las provincias de Huanta y La Mar, Ayacucho, y La Convención, Cusco.
Si las Fuerzas Armadas han reducido significativamente el área de influencia de los terroristas, y éstos se encuentran en franco repliegue, ¿cómo se explican los recientes ataques en Unión Mantaro (21 de noviembre) y en Ayna (12 de diciembre), con el saldo de dos efectivos muertos y varios heridos?
"Esos ataques no demuestran que Sendero Luminoso avanza o que nosotros estamos en retroceso. Son actos desesperados para intentar demostrar que siguen presentes por todos lados. Antes, ellos atacaban en columnas, ahora lo hacen con francotiradores que esconden su arma y se hacen pasar por agricultores. Hay una gran diferencia", explicó el jefe del Estado Mayor de la RMV, general de brigada José Longa López.
"Lo cierto es que en el 2008, al arrancar la Operación Excelencia 777, los narcoterroristas se movilizaban en un área de 162 mil kilómetros cuadrados. Ahora solo están en 20 mil km2. Les hemos ganado 142 mil 200 kilómetros cuadrados en tres años", dijo una fuente del Alto Mando de la RMV.
Ganando terreno
Los altos mandos entrevistados durante un recorrido por el Vrae reconocieron que es muy importante capturar a los cabecillas de Sendero Luminoso, principalmente al jefe político, Víctor Quispe Pa lomino, "camarada José", y al mando militar Orlando Borda Casafranca, "camarada Alipio".
Pero señalaron que la guerra también se mide por el terreno arrebatado al enemigo.
"En tres años (del 2008 al 2011), no se puede recuperar lo que se dejó de trabajar en siete años (2000-2007) en el Vrae", arguyó el general Leonardo Longa López: "Desde que iniciamos la contraofensiva en el 2008, los dirigentes senderistas han sido identificados; ahora tienen rostro y nombre y apellido, y no se pueden movilizar libremente por la zona. Eso no ocurría antes. Los senderistas tenían un plan de expansión para llegar hasta Bolivia. Pero hemos conseguido encapsularlos".
Según el general Leonardo Longa, al Ejército se le reclaman rápidas victorias, pero no se considera que cuando se reiniciaron las operaciones militares en el Vrae en el 2008 se empezó virtualmente desde cero.
Hay, sin embargo, un gran problema que enfrentan las Fuerzas Armadas. No tiene a su favor a toda la población. ¿La razón? El narcotráfico.
Población de espaldas
La presencia del Ejército es una amenaza para la actividad ilegal que les da de comer. Por eso, colaboran con los narcoterroristas. De hecho, en el ataque del 21 de noviembre a la base contrasubversiva Unión Mantaro, se detectó que los poladores facilitaron a los senderistas cobertura para que dispararan con facilidad, según fuentes de inteligencia castrense.
Canayre, otro centro poblado del distrito de Llochegua, cercano a Unión Mantaro, también fue parte del ámbito de influencia senderista. Ahí el Ejército ha reactivado una base contrasubversiva. Pero los militares no son del agrado de los pobladores, que en mayoría se dedican al cultivo de hoja de coca y a la producción de droga.
"Sendero Luminoso no es nuestro problema. Para nosotros es común ir por las chacras y encontrarnos con ellos. Nada podemos hacer. No los denunciamos porque no queremos meternos en problemas. Para eso están los militares. Que los encuentren, pues. Por conocerlos no nos pueden acusar de terroristas. Verlos es pan de cada día", afirmó el teniente gobernador de Canayre, Segundo Garrido Marín.
"A partir del año 2000, las Fuerzas Armadas debieron ingresar en un proceso de consolidación de la victoria sobre la subversión. Pero no se hizo, lo que permitió que remantes terroristas se desarrollaran. Sendero Luminoso aprovechó la ausencia de las Fuerzas Armadas entre el 2000 y 2008 y se vinculó con el narcotráfico. Juntos, senderistas y narcotraficantes, convirtieron la hoja de coca como medio de vida de la población pobre. Eso explica por qué no nos quieren en la zona", explicó por su parte el general Longa.
La guerra avanza
Incluso los "comités de autodefensa", que durante la guerra contra Sendero Luminoso cumplieron un papel decisivo en la derrota de la organización maoísta a fines de los años 90, ahora son indiferentes a los esfuerzos de los militares por destruir a los terroristas. Ahora reducen sus actividades a combatir los delitos comunes.
"No tenemos una buena relación con el Ejército. No nos comunica nada sobre sus acciones y actúan por su lado. Nosotros nos encargamos solamente de la lucha contra la delincuencia, como violaciones sexuales, agresiones familiares, robos, etc.", manifestó el vicepresidente del Comité Central de Autodefensa del distrito de Llochegua, Moisés Bermudo Arana.
Las "autodefensas" tampoco enfrentan a los narcotraficantes, por la simple razón de que sus integrantes son campesinos cocaleros.
El general Leonardo Longa López admitió que en la guerra contra Sendero Luminoso es importante la participación de las "autodefensas".
"Entre 1980 y el 2000, la población participó en la lucha antiterrorista y triunfó. Los comités de autodefensa intervinieron activamente y fueron los que inclinaron la balanza a favor de la guerra contra Sendero Luminoso. El conocimiento que tenían los integrantes de las autodefensas de la zona de conflicto fue decisivo para la derrota de los senderistas. Esa experiencia es la que necesitamos ahora", indicó el general Longa.
"Hemos descuidado a los comités de autodefensa y las comunidades nativas que también participaron en la derrota de los terroristas. Ellos quieren un pago para contribuir a la lucha. Yo creo que se les debe abonar un pago", apuntó el general Longa.
Fuentes militares en la zona de conflicto afirmaron que la mayor parte del país desconoce la evolución de la guerra en el Vrae.
"Hace dos semanas se desactivaron tres bases contrasubversivas: Vizcatán, Tincuya y Judas, porque ya no tiene sentido tenerlas en esos lugares porque los senderistas se han desplazado hacia otras zonas. Ahora esas bases serán reubicadas en áreas donde es necesaria la persecución del enemigo.
Pero en Lima se ha publicado que estamos retrocediendo porque se han cerrado las bases contrasubversivas. No se han dado cuenta de que la guerra ya no es por territorio sino de movilidad táctica", arguyeron las fuentes militares.
Para el general Leonardo Longa la captura del "camarada José" no será el final de la guerra en el Vrae. "Esta es un guerra política y no militar. La guerra terminará cuando acaben los problemas del Vrae", apuntó.
En cifras
20 bases contrasubversivas había en el el Vrae en el 2008.
33 son ahora las bases contrasubversivas activas en el Vrae.
3,000 hombres de las Fuerzas Armadas se encuentran desplegados en el Vrae.
14 de diciembre de 2011
Han transcurrido más de tres años y las fuerzas de seguridad han conseguido reducir a 20 mil kilómetros cuadrados el espacio en el que se desplazan los senderistas y han logrado instalar 33 bases contrasubversivas. Las Fuerzas Armadas miden si avanzan o retroceden respecto al enemigo en función del territorio que se le conquista. En Pichari, sede de la Región Militar del Vrae (RMV), bajo el mando del general de división EP Víctor Montes Barrios, la evaluación es que se ha "encapsulado" a los terroristas en un territorio más pequeño.
Ahora las Fuerzas Armadas han ingresado en una etapa de "movilidad táctica", que consiste en el desplazamiento de las bases contrasubversivas según el movimiento de los senderistas, que se han retirado hacia la zona selvática del río Ene, en la provincia de Satipo, Junín, y en las zonas selváticas de las provincias de Huanta y La Mar, Ayacucho, y La Convención, Cusco.
Si las Fuerzas Armadas han reducido significativamente el área de influencia de los terroristas, y éstos se encuentran en franco repliegue, ¿cómo se explican los recientes ataques en Unión Mantaro (21 de noviembre) y en Ayna (12 de diciembre), con el saldo de dos efectivos muertos y varios heridos?
"Esos ataques no demuestran que Sendero Luminoso avanza o que nosotros estamos en retroceso. Son actos desesperados para intentar demostrar que siguen presentes por todos lados. Antes, ellos atacaban en columnas, ahora lo hacen con francotiradores que esconden su arma y se hacen pasar por agricultores. Hay una gran diferencia", explicó el jefe del Estado Mayor de la RMV, general de brigada José Longa López.
"Lo cierto es que en el 2008, al arrancar la Operación Excelencia 777, los narcoterroristas se movilizaban en un área de 162 mil kilómetros cuadrados. Ahora solo están en 20 mil km2. Les hemos ganado 142 mil 200 kilómetros cuadrados en tres años", dijo una fuente del Alto Mando de la RMV.
Ganando terreno
Los altos mandos entrevistados durante un recorrido por el Vrae reconocieron que es muy importante capturar a los cabecillas de Sendero Luminoso, principalmente al jefe político, Víctor Quispe Pa lomino, "camarada José", y al mando militar Orlando Borda Casafranca, "camarada Alipio".
Pero señalaron que la guerra también se mide por el terreno arrebatado al enemigo.
"En tres años (del 2008 al 2011), no se puede recuperar lo que se dejó de trabajar en siete años (2000-2007) en el Vrae", arguyó el general Leonardo Longa López: "Desde que iniciamos la contraofensiva en el 2008, los dirigentes senderistas han sido identificados; ahora tienen rostro y nombre y apellido, y no se pueden movilizar libremente por la zona. Eso no ocurría antes. Los senderistas tenían un plan de expansión para llegar hasta Bolivia. Pero hemos conseguido encapsularlos".
Según el general Leonardo Longa, al Ejército se le reclaman rápidas victorias, pero no se considera que cuando se reiniciaron las operaciones militares en el Vrae en el 2008 se empezó virtualmente desde cero.
Hay, sin embargo, un gran problema que enfrentan las Fuerzas Armadas. No tiene a su favor a toda la población. ¿La razón? El narcotráfico.
Población de espaldas
La presencia del Ejército es una amenaza para la actividad ilegal que les da de comer. Por eso, colaboran con los narcoterroristas. De hecho, en el ataque del 21 de noviembre a la base contrasubversiva Unión Mantaro, se detectó que los poladores facilitaron a los senderistas cobertura para que dispararan con facilidad, según fuentes de inteligencia castrense.
Canayre, otro centro poblado del distrito de Llochegua, cercano a Unión Mantaro, también fue parte del ámbito de influencia senderista. Ahí el Ejército ha reactivado una base contrasubversiva. Pero los militares no son del agrado de los pobladores, que en mayoría se dedican al cultivo de hoja de coca y a la producción de droga.
"Sendero Luminoso no es nuestro problema. Para nosotros es común ir por las chacras y encontrarnos con ellos. Nada podemos hacer. No los denunciamos porque no queremos meternos en problemas. Para eso están los militares. Que los encuentren, pues. Por conocerlos no nos pueden acusar de terroristas. Verlos es pan de cada día", afirmó el teniente gobernador de Canayre, Segundo Garrido Marín.
"A partir del año 2000, las Fuerzas Armadas debieron ingresar en un proceso de consolidación de la victoria sobre la subversión. Pero no se hizo, lo que permitió que remantes terroristas se desarrollaran. Sendero Luminoso aprovechó la ausencia de las Fuerzas Armadas entre el 2000 y 2008 y se vinculó con el narcotráfico. Juntos, senderistas y narcotraficantes, convirtieron la hoja de coca como medio de vida de la población pobre. Eso explica por qué no nos quieren en la zona", explicó por su parte el general Longa.
La guerra avanza
Incluso los "comités de autodefensa", que durante la guerra contra Sendero Luminoso cumplieron un papel decisivo en la derrota de la organización maoísta a fines de los años 90, ahora son indiferentes a los esfuerzos de los militares por destruir a los terroristas. Ahora reducen sus actividades a combatir los delitos comunes.
"No tenemos una buena relación con el Ejército. No nos comunica nada sobre sus acciones y actúan por su lado. Nosotros nos encargamos solamente de la lucha contra la delincuencia, como violaciones sexuales, agresiones familiares, robos, etc.", manifestó el vicepresidente del Comité Central de Autodefensa del distrito de Llochegua, Moisés Bermudo Arana.
Las "autodefensas" tampoco enfrentan a los narcotraficantes, por la simple razón de que sus integrantes son campesinos cocaleros.
El general Leonardo Longa López admitió que en la guerra contra Sendero Luminoso es importante la participación de las "autodefensas".
"Entre 1980 y el 2000, la población participó en la lucha antiterrorista y triunfó. Los comités de autodefensa intervinieron activamente y fueron los que inclinaron la balanza a favor de la guerra contra Sendero Luminoso. El conocimiento que tenían los integrantes de las autodefensas de la zona de conflicto fue decisivo para la derrota de los senderistas. Esa experiencia es la que necesitamos ahora", indicó el general Longa.
"Hemos descuidado a los comités de autodefensa y las comunidades nativas que también participaron en la derrota de los terroristas. Ellos quieren un pago para contribuir a la lucha. Yo creo que se les debe abonar un pago", apuntó el general Longa.
Fuentes militares en la zona de conflicto afirmaron que la mayor parte del país desconoce la evolución de la guerra en el Vrae.
"Hace dos semanas se desactivaron tres bases contrasubversivas: Vizcatán, Tincuya y Judas, porque ya no tiene sentido tenerlas en esos lugares porque los senderistas se han desplazado hacia otras zonas. Ahora esas bases serán reubicadas en áreas donde es necesaria la persecución del enemigo.
Pero en Lima se ha publicado que estamos retrocediendo porque se han cerrado las bases contrasubversivas. No se han dado cuenta de que la guerra ya no es por territorio sino de movilidad táctica", arguyeron las fuentes militares.
Para el general Leonardo Longa la captura del "camarada José" no será el final de la guerra en el Vrae. "Esta es un guerra política y no militar. La guerra terminará cuando acaben los problemas del Vrae", apuntó.
En cifras
20 bases contrasubversivas había en el el Vrae en el 2008.
33 son ahora las bases contrasubversivas activas en el Vrae.
3,000 hombres de las Fuerzas Armadas se encuentran desplegados en el Vrae.
14 de diciembre de 2011
"Recién en el 2012 estaremos en condiciones de acabar con Sendero"
General de División EP Víctor Montes Barrios. Comandante General de la Región Militar del Valle de los Ríos Apurímac y Ene (RMV).
María Elena Hidalgo
En un reciente viaje por el Valle de los ríos Apurímac y Ene (Vrae), observamos una división entre las Fuerzas Armadas y la población, que no quiere a los militares. ¿Por qué?
Pasa que a diferencia de los años 80 y 90, ahora tenemos una población netamente cocalera que se dedica a la siembra y cuya producción va directamente al narcotráfico. Lamentablemente en esta zona el principal sustento es el narcotráfico. Por eso apoya al narcotráfico, al igual que a Sendero Luminoso, que es su brazo armado y que también los presiona para que nos rechacen. Hay que tener en cuenta que muchas de las comunidades del Vrae son "bases de apoyo" de los senderistas, quienes los abastecen de información y obstaculizan el trabajo de las Fuerzas Armadas.
¿Cómo apoya la población a los terroristas?
Además de alertarlos sobre nuestra presencia y acciones, las poblaciones cocaleras se organizan para autodefenderse de las fuerzas del orden. Es decir, ponen tranqueras y vigilancia en sus poblados evitando que entremos. Si una patrulla necesita pasar por su zona, los detienen y quieren saber a qué vamos. A lo mucho nos dejan pasar pero no dejan que nos quedemos en el pueblo, lo que obstruye nuestro trabajo de investigación.
¿Cómo se pasan la voz?
Cuando tenemos detenidos con drogas en su población, la gente se comunica con silbatos y cornetas, y toda la comunidad sale. Se agrupa en donde estamos y de forma agresiva atacan a las fuerzas del orden para obligarlas a liberar a los detenidos, aun con presencia fiscal. Viven al margen de la ley.
¿Qué están haciendo las Fuerzas Armadas para ganarse a la población?
Nosotros estamos junto a la autoridad política, impulsando los programas de desarrollo alternativo para que esta gente tenga opción de cultivar productos diferentes a la hoja de coca y que les resulte igual o más rentables. La idea es darles una oportunidad para que dejen de ser cocaleros y de vivir al margen de la ley. El gobierno ha entregado 50 millones de soles para diversos proyectos comunitarios solo en el Vrae y que es manejado por las autoridades de las localidades, las que deben ejecutar obras de impacto rápido orientadas a programas de desarrollo alternativo. Las Fuerzas Armadas apoyamos esta iniciativa porque estamos seguros de que el desarrollo y la pacificación llegan juntos.
Han pasado tres años desde que se dio inicio a la ofensiva militar en el Vrae. ¿Que tan cerca han estado de la captura del "camarada José", cabecilla senderista de la zona?
En varias oportunidades hemos incursionado en sus campamentos terroristas, y en algunas oportunidades hemos tenido éxitos, aunque no hemos capturado a “José”. Una de las operaciones emblemáticas fue “Gurka”, que se hizo en marzo de este año. Esa vez incursionamos en un campamento en la zona denominada Parhuamayo, donde el planeamiento y la ejecución fueron impecables. Se ingresó sin ser vistos y sin la necesidad de efectuar ningún disparo porque había niños y mujeres que se encontraban secuestrados. Aquella vez se capturó al jefe del campamento, el “camarada César”, a su mujer que estaba a cargo del albergue de niños, y a otros tres terroristas. Lamentablemente no cayó el número uno, pero conseguimos penetrar en sus campamento y los hemos golpeado.
Desde el inicio de la contraofensiva militar llamada Plan Vrae, entre 2008 y 2011, las Fuerzas Armadas en el Vrae han tenido cerca de 70 bajas y oficialmente los terroristas solo ha tenido tres. ¿Cómo miden el éxito de sus operaciones?
Nuestro principal logro es haberles acortado el ámbito de acción. Sendero Luminoso se mueve entre San Martín de Pangoa y las márgenes del eje Mantaro. Hay que tomar en cuenta que durante 10 años se dejó que el terrorismo creciera y se transformara. Con el inicio del "Plan Vrae" (30 de agosto del 2008), hemos comenzado de cero en inteligencia, en unidades, en operaciones y hasta en experiencia. Poco a poco se Cha ido incrementando la capacidad de inteligencia en la zona y eso es un proceso que demora. No es de un día para el otro. Igual ha pasado con el incremento y equipamiento de unidades. Es verdad que los presupuestos para equipamiento han aumentando, pero todavía quedan cortos. Ahora estamos incrementando nuestras capacidades y considero que recién a partir del 2012 podemos decir que estaremos en buenas condiciones para acabar con Sendero Luminoso.
En un reciente viaje por el Valle de los ríos Apurímac y Ene (Vrae), observamos una división entre las Fuerzas Armadas y la población, que no quiere a los militares. ¿Por qué?
Pasa que a diferencia de los años 80 y 90, ahora tenemos una población netamente cocalera que se dedica a la siembra y cuya producción va directamente al narcotráfico. Lamentablemente en esta zona el principal sustento es el narcotráfico. Por eso apoya al narcotráfico, al igual que a Sendero Luminoso, que es su brazo armado y que también los presiona para que nos rechacen. Hay que tener en cuenta que muchas de las comunidades del Vrae son "bases de apoyo" de los senderistas, quienes los abastecen de información y obstaculizan el trabajo de las Fuerzas Armadas.
¿Cómo apoya la población a los terroristas?
Además de alertarlos sobre nuestra presencia y acciones, las poblaciones cocaleras se organizan para autodefenderse de las fuerzas del orden. Es decir, ponen tranqueras y vigilancia en sus poblados evitando que entremos. Si una patrulla necesita pasar por su zona, los detienen y quieren saber a qué vamos. A lo mucho nos dejan pasar pero no dejan que nos quedemos en el pueblo, lo que obstruye nuestro trabajo de investigación.
¿Cómo se pasan la voz?
Cuando tenemos detenidos con drogas en su población, la gente se comunica con silbatos y cornetas, y toda la comunidad sale. Se agrupa en donde estamos y de forma agresiva atacan a las fuerzas del orden para obligarlas a liberar a los detenidos, aun con presencia fiscal. Viven al margen de la ley.
¿Qué están haciendo las Fuerzas Armadas para ganarse a la población?
Nosotros estamos junto a la autoridad política, impulsando los programas de desarrollo alternativo para que esta gente tenga opción de cultivar productos diferentes a la hoja de coca y que les resulte igual o más rentables. La idea es darles una oportunidad para que dejen de ser cocaleros y de vivir al margen de la ley. El gobierno ha entregado 50 millones de soles para diversos proyectos comunitarios solo en el Vrae y que es manejado por las autoridades de las localidades, las que deben ejecutar obras de impacto rápido orientadas a programas de desarrollo alternativo. Las Fuerzas Armadas apoyamos esta iniciativa porque estamos seguros de que el desarrollo y la pacificación llegan juntos.
Han pasado tres años desde que se dio inicio a la ofensiva militar en el Vrae. ¿Que tan cerca han estado de la captura del "camarada José", cabecilla senderista de la zona?
En varias oportunidades hemos incursionado en sus campamentos terroristas, y en algunas oportunidades hemos tenido éxitos, aunque no hemos capturado a “José”. Una de las operaciones emblemáticas fue “Gurka”, que se hizo en marzo de este año. Esa vez incursionamos en un campamento en la zona denominada Parhuamayo, donde el planeamiento y la ejecución fueron impecables. Se ingresó sin ser vistos y sin la necesidad de efectuar ningún disparo porque había niños y mujeres que se encontraban secuestrados. Aquella vez se capturó al jefe del campamento, el “camarada César”, a su mujer que estaba a cargo del albergue de niños, y a otros tres terroristas. Lamentablemente no cayó el número uno, pero conseguimos penetrar en sus campamento y los hemos golpeado.
Desde el inicio de la contraofensiva militar llamada Plan Vrae, entre 2008 y 2011, las Fuerzas Armadas en el Vrae han tenido cerca de 70 bajas y oficialmente los terroristas solo ha tenido tres. ¿Cómo miden el éxito de sus operaciones?
Nuestro principal logro es haberles acortado el ámbito de acción. Sendero Luminoso se mueve entre San Martín de Pangoa y las márgenes del eje Mantaro. Hay que tomar en cuenta que durante 10 años se dejó que el terrorismo creciera y se transformara. Con el inicio del "Plan Vrae" (30 de agosto del 2008), hemos comenzado de cero en inteligencia, en unidades, en operaciones y hasta en experiencia. Poco a poco se Cha ido incrementando la capacidad de inteligencia en la zona y eso es un proceso que demora. No es de un día para el otro. Igual ha pasado con el incremento y equipamiento de unidades. Es verdad que los presupuestos para equipamiento han aumentando, pero todavía quedan cortos. Ahora estamos incrementando nuestras capacidades y considero que recién a partir del 2012 podemos decir que estaremos en buenas condiciones para acabar con Sendero Luminoso.
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