martes, 26 de noviembre de 2013

Hoy 27 de Noviembre se conmemora el 134º aniversario de la Batalla de Tarapacá y Día del arma de Infantería

 El 27 de noviembre de 1879, en la gloriosa Batalla de Tarapacá, al mando del entonces Coronel Andrés Avelino Cáceres, los infantes del Perú legaron una lección al mundo que la fortaleza del espíritu combativo constituye una fuerza invencible ante la superioridad del adversario.
 
 
 
 
 
 
134º aniversario de la Batalla de Tarapacá y Día del arma de Infantería
 
 
Chorrillos, 26 de noviembre (EP).-La victoria de Tarapacá, lección sublime de heroísmo, sintetiza el valor y entrega inolvidable, donde las fuerzas morales se impusieron a la superioridad numérica para reafirmar nuestra identidad de infantes, sintetizada en una sola frase, pronunciada por el propio Mariscal Cáceres al asumir la Presidencia de la República: “Nadie tiene razón contra el Perú'”.

El 27 de noviembre de 1879, en la gloriosa Batalla de Tarapacá, al mando del entonces Coronel Andrés Avelino Cáceres, los infantes del Perú legaron una lección al mundo que la fortaleza del espíritu combativo constituye una fuerza invencible ante la superioridad del adversario.
Con ocasión del centésimo trigésimo cuarto aniversario de la gloriosa Batalla de Tarapacá y Día del Arma de Infantería, en el patio de honor de la escuela de la citada arma, se realizó la ceremonia central con la participación del General de División Felipe Aguilar Vizcarra, Jefe del Estado Mayor General del Ejército; el General de División Ronald Hurtado Jiménez, Comandante General de la II División de Ejército; y el General de Brigada Leonidas Dupont Pérez, Comandante General del Comando de Educación y Doctrina del Ejército.
La ceremonia se desarrolló con el izamiento del Pabellón Nacional a cargo del General de Brigada César Díaz Peche, oficial más antiguo del arma de Infantería presente en la guarnición de Lima, y la unísona entonación de las sagradas notas del Himno Nacional.
Posteriormente, en el busto del patrono Mariscal Andrés Avelino Cáceres, se colocaron las ofrendas florales del Ejército del Perú, la Legión de Infantería y de la Promoción “Teniente Coronel Francisco Cornejo”, que durante el presente año cumple sus Bodas de Oro Profesionales de egreso de la Escuela Militar de Chorrillos.
En la acción litúrgica, oficiada por el padre Jorge Guerra, se imploró al Dios de los Ejércitos por la salud y bienestar del infante peruano que se encuentran prestando servicios a lo largo y ancho del territorio patrio, cumpliendo el sagrado deber constitucional de salvaguardar la soberanía e integridad nacional.
En el discurso de orden, el Coronel EP Ricardo Silva Soza, director de la Escuela de Infantería, resaltó la figura del patrono Mariscal Andrés Avelino Cáceres como ejemplo de liderazgo y profesionalismo para las actuales generaciones que se encuentran en constante preparación en las escuelas de formación de la Institución.
“El Mariscal Andrés Avelino Cáceres, por sus virtudes militares y sus hazañas bélicas y profundo espíritu cívico, constituye un símbolo y un paradigma de nuestro Ejército, ya que como conductor militar demostró tener un talento natural, dignidad, audacia, carácter, honestidad a toda prueba y, sobre todo, integridad moral”, precisó.
Autoridades de la Institución, ex Comandantes Generales del Ejército y ex Jefes del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, además de los oficiales del arma de Infantería de ayer y hoy, entre otras personalidades, se congregaron en la ceremonia central por el 134º aniversario de la Batalla de Tarapacá y Día del Arma de Infantería, que concluyó con la entonación de los Himnos del Arma de Infantería y del Ejército del Perú
BATALLA DE TARAPACÁ

 





 


27 NOVIEMBRE 1879 : BATALLA DE TARAPACÁ DÍA DE TRIUNFO PARA EL EJÉRCITO PERUANO.

El 27 de noviembre de 1879 el ejército peruano obtuvo una gran victoria en la quebrada de Tarapacá, sobre un enemigo que era mayor en número y en dotación militar.

En la batalla de Tarapacá la superioridad del enemigo era mucho mayor en armamento ligero y pesado, en municiones, vestimenta, zapatos, en fin, en todo. Sin embargo, los peruanos hicieron frente al ataque chileno y lograron derrotarlos con coraje y heroismo.

Las fuerzas peruanas se reúnieron en Tarapacá, con la división del coronel Ríos proveniente de Iquique, las fuerzas peruanas se veían obligadas a intentar un rodeo a través de Tarapacá y el desierto interior. Así, se agrupan en la aldea de San Lorenzo de Tarapacá, en la llamada quebrada de Tarapacá. La idea de estos cuerpos era reabastecerse de agua y víveres y descansar a la tropa del trayecto entre Dolores y esta posición, unos 55 km a través del desierto.

La columna de Ríos llegaba en ese momento fatigada y en orden precario. Las patrullas de reconocimiento de Vergara calcularon en unos 1.000 los hombres que llegaban con Ríos, los que sumados a los que se creía en Tarapacá, concentraban, según el mando chileno, unos 2.500 hombres, 1.000 de ellos fatigados.

Tanto las fuerzas peruanas como las chilenas habían realizados ataques inconexos y cada agrupación estaba separada por una gran distancia.

Retirada chilena tras el último combate luego de la tregua. Con la llegada de las divisiones peruanas de Pachica, que caminó unos 20 km en un lapso de 5 h se selló el resultado de la batallaLas tropas peruanas que en la mañana del 27 se encontraban en Pachica, llegaron durante la tregua recién referida. Eran unos 1.400 hombres en 4 batallones uno de los cuales, el Nº 8 estaba al mando del coronel Remigio Morales Bermúdez, futuro Presidente del Perú.

Con este refuerzo, la intención peruana fue intentar rodear y tomar prisionera a la fuerza chilena sobreviviente, utilizando una estrategia similar a la que los chilenos quisieron emplear contra ellos, pero curiosamente, el resultado fue el mismo. Los chilenos alcanzan a advertir la situación y comienzan a ascender por las laderas de la quebrada para no quedar atrapados en el fondo. La División Vanguardia reforzó las tropas de la pampa oeste y la 1era División hizo lo mismo con las del valle, para lo que se dispuso que enviara uno de sus batallones a las alturas del sudoeste en refuerzo del Ayacucho y el otro al fondo de la quebrada, para secundar al Arequipa y al Gendarmes.

Al llegar a lo alto, se entabla un nuevo combate con las mismas características e intensidad que el de la mañana. Las dos piezas de artillería que quedaban disponibles a las tropas chilenas de Arteaga son capturadas por los peruanos, que las emplean contra sus antiguos dueños, en tanto la infantería atacaba incesantemente con el fin de evitar la retirada chilena hacia el desierto.

En el fondo del valle, perdía la vida el comandante del 2º de Línea y jefe de la segunda división, coronel Eleuterio Ramírez, transformándose en el oficial chileno de mayor graduación muerto hasta el momento en la campaña. Sin dejar de combatir, los chilenos dan definitivamente por perdido el campo y se retiran hostigados en todo momento por los peruanos. En el repliegue chileno, se comisionó al regimiento Artillería de Marina el cuidado de la retaguardia, por lo que este cuerpo sufrió las mayores bajas en la última etapa de la batalla.

Con una fuerza chilena muy reducida producto del combate y una fuerza peruana tenaz en la persecución. Por fortuna para los chilenos y desgracia para los peruanos, éstos últimos no contaban con caballería, por lo que la persecución no se pudo mantener. El ataque peruano hubiera sido más efectivo si las tropas frescas hubieran atacado la planicie oeste, para envolver la izquierda de los chilenos y cortarles su dirección general de retirada. El triunfo de los peruanos en este combate era, sin embargo, definitivo.

En la batalla de Tarapacá destacaron muchos hombres como Belisario Suárez, Isaac Recavarren, Francisco Bolognesi, Guillermo More, Alfonso Ugarte... Pero en especial sobresalió el coronel Andrés Avelino Cáceres, que inicaba un largo camino de gloria, que lo llevó a combatir a los chilenos hasta que éstos se retiraron de nuestro territorio. Debido a Cáceres nuestro ejército y nuestro pueblo lucharon hasta el final y nunca hubo rendición incondicional.

El día 27 de noviembre de 1879 es el día de gloria para las armas peruanas y el día de la inmortalidad para el indoblegable coronel Andrés A. Cáceres

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