Hacia el distrito de Corani Crabaya- Puno viajó una delegación del Ejército al mando del Crl EP Adán Doria Velarde representante de la Dirección de Ciencia y Tecnología del Ejército, acompañado del Crl EP Raúl Devoto Uribe, representante de la Dirección de Desarrollo Nacional así como periodistas de Latina Televisión y la Revista Somos del Diario el Comercio, con la finalidad de verificar in situ la participacion de los ronderos de la comunidad de Corani, quienes este 29 de Julio en la gran parada militar se presentarán integrando el 1er agrupamiento de desfile, para lo cual vestirán ropa saludable e inteligente la misma que es confeccionada por ellos mismos empleando fibra de alpaca y fibra de plata como una manera de darle el valor agregado a su producto y que esta sea conocida y promocionada a nivel mundial, cabe destacar que en el desarrollo de este proyecto tecnológico participa la empresa privada a través de la empresa Bear Creek quienes proporcionan personal especializado con lo último en tecnología y la Dirección de Ciencia y Tecnología del Ejército.
Corani y la minera Bear Creek, cuando el diálogo se abre paso
Corani-Carabaya-Puno
“Señores, representantes de la empresa, nosotros naturales de esta zona
aceptamos la explotación de la mina, pero lo que pedimos es trabajar
siempre de la mano. Nosotros somos gente humilde que queremos estar mejor, pero no en la ciudad sino en nuestro propio pueblo ”, alcanza a decir a través del micrófono Andrés Turpo, ataviado con sombrero, camisa a cuadros, jean azul y botas color café
oscuro. En segundos el auditorio repleto de campesinos estalla en
aplausos. Es un día de abril que este pueblo difícilmente olvidará.
Andrés Turpo fue el último de una lista de oradores que están de
acuerdo en que la canadiense Bear Creek explote durante 20 años una mina
que concentra 157 millones de toneladas de plata .
El yacimiento se encuentra en una zona inhóspita, sobre los 5.200 msnm,
en las alturas del distrito de Corani, provincia de Carabaya, al norte
de la ciudad de Puno. En esta localidad el 90% de sus habitantes vive en situación de extrema pobreza.
Su ingreso per cápita, según el INEI, es de 101.00 soles mensuales. El
92% de adolescentes entre 11 y 18 años sufre de desnutrición crónica. Por eso los pobladores, de la mano con sus autoridades, están dispuestos a sacar adelante el proyecto.
La posición que asumieron los comuneros va a contracorriente de otras
regiones donde aún persiste la confrontación entre los campesinos y las
compañías mineras. Mientras en la zona sur de Puno las comunidades aún se resisten a aceptar la explotación de los recursos que existen bajo sus tierras , en Corani los campesinos y sus autoridades vieron en la minería una oportunidad para salir de la situación en la que se encuentran.
Una hora antes de que expresaran su posición respecto a la explotación
de la mina, cientos de campesinos acudieron hasta la plaza de la comunidad Chacaconiza, convocados por el Ministerio de Energía y Minas , para participar de la Audiencia Pública de Presentación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto.
A la cita confluyeron delegaciones de las comunidades que se encuentran
dentro del área directa e indirecta de la minera. Dentro de lo que
podría ser un auditorio prefabricado, la empresa AMEC , encargada de elaborar los estudios, expuso en quechua los lineamientos técnicos y sociales,
el tipo de mineral hallado, sus volúmenes y los procedimientos que la
empresa empleará para explotar el mineral. “La extracción será a tajo
abierto, las explosiones serán controladas y el yacimiento cercado por
obras similares a las cunetas, que evitarán que el agua de lluvia se contamine con los residuos de la mina. De esta manera se garantiza que los ríos
mantengan su pureza natural”. Estas fueron algunas de las explicaciones
que dieron los ingenieros de Bear Creek y AMEC a las inquietudes de los
comuneros.
Varias
autoridades nos pidieron esperar el final del evento para explicar el
porqué de su adhesión a una actividad que genera controversia en otras
provincias del Altiplano. Pero quien no aguantó hablar fue el alcalde del distrito de Corani, Edmundo Cáceres Guerra . Él es de los que prefieren confiar en los aspectos técnicos del EIA, que asegura que no habrá contaminación más allá de los límites permisibles por ley.
“A nosotros siempre nos ha preocupado el medio ambiente. Por eso habrá un comité de vigilancia
. Nosotros creemos que sí se respetarán los parámetros que asegura el
EIA. Creemos que va a ser así. Tenemos esa confianza. Pero por sobre
todas las cosas no podemos darnos el lujo de perder esta oportunidad
para todos”, sostiene el alcalde.
La determinación de las poblaciones de Corani va más allá del discurso que esbozó Andrés Turpo. En realidad se debe a que las empresas parecen haber cambiado su relación con las comunidades.
Bear Creek llegó a la zona el 2005 y su prioridad fue establecer una
buena relación con los campesinos. Eladio Paratingo Solórzano recuerda:
“Yo estaba en mi campo y a pesar de vivir lejos vinieron a mi cabaña,
querían pedirme permiso para ingresar a estas zonas. Eso me parece bien.
Otros vienen como patrones y no lo permitimos. Y otra cosa que rescato
es que dieron trabajo primero a los paisanos de acá”.
Juan Loja, gerente de Relaciones Comunitarias de Bear Creek, corrobora
la versión. Asegura que durante la etapa de exploración “no se
movió ni una sola roca sin antes tener la autorización de las
autoridades locales y si no se contaba con la venia de las rondas
campesinas” . Además, recuerda, “en cada taller o actividad de
monitoreo participaban las autoridades comunales. Todos éramos una sola
familia”.
El alcalde Edmundo Cáceres Guerra asegura que un factor que jugó un papel preponderante a favor del proyecto fue el apoyo económico que dio Bear Creek al municipio para la construcción de escuelas
. “Lo que pasa es que muchos paisanos ya no enviaban al colegio a sus
hijos. Cuando se construyeron las aulas la gente empezó a darse cuenta
de que el proyecto sí podía beneficiarnos a todos”.
Fidel Pachatuma, vecino del sector Isivilla, corrobora su versión. “Sin
estas aulas, qué sería de mis hijos. Las autoridades nunca se han
acordado de nosotros. Yo acepto a la mina por mis hijos. Yo ya estoy
viejo. Ya me moriré seguro. Por ellos es todo esto”, afirma.
En Corani, y en las cinco comunidades de alrededor, saben que pronto
exportarán fibra de alpaca y producirán chompas para la exportación.
Ambas iniciativas se desarrollan gracias a un convenio que firmaron Bear
Creek y el municipio de Corani. El acuerdo supone que la municipalidad,
con la colaboración de la minera, ayudará a mejorar la calidad genética
de los animales para producir una fibra de alta calidad. La empresa se ha comprometido a buscar mercados para sacar la producción local.
“Ese es un acuerdo vigente; como empresa tenemos el firme compromiso de
hacer de Corani y Carabaya el mejor referente en producción de
alpacas”, asegura Elsiario Antúnez de Mayolo, gerente general de Bear
Creek.
Quienes influyeron para que el proyecto tenga aceptación fueron los jóvenes, que representan al 40% de la población. Cuando les anunciaron que podrían contar con trabajo formal convencieron a sus padres para que respaldaran el proyecto.
No tenían otra opción porque de lo contrario hubieran tenido que seguir
lejos de sus campos durante largos periodos trabajando en la minería
informal. La idea de trabajar en una empresa formal derivó en la
creación de un “Frente de Desarrollo de Chacaconiza”. Odilón Condori
Quispe es directivo de esta organización. “En las ciudades casi siempre
me han discriminado porque no tengo educación, solo estudié hasta
tercero de secundaria. Mis padres están ancianos y quiero trabajar acá
para poder verlos”, dice. La esperanza que alberga Odilón es similar a
la de la mayoría de jóvenes de la zona. Todos quieren tener un sueldo
pero, a la vez, quieren estudiar. La empresa los preparó en tareas
técnicas. Ahora están negociando para que les financien sus estudios en
un centro de educación superior.
Decir que el proyecto Corani no tiene detractores es mentira. La oposición a la extracción de plata viene del lado de Macusani, capital de la provincia de Carabaya
, a 60 kilómetros de las comunidades de influencia directa. Las
comunidades beneficiarias han tomado sus previsiones para contrarrestar
intereses externos. Establecieron que nadie que no sea natural del
distrito de Corani podía pronunciarse a favor o en contra del proyecto
minero.
“Mire, toda
persona tiene derecho a opinar. Pero solo nosotros tenemos derecho a
decidir qué camino queremos para conseguir nuestros propósitos como
pueblo”, precisa el alcalde Edmundo Guerra. Refiere que la esperanza de
vida de la población de su jurisdicción es de 63 años. “En medio de esa
realidad sería una maldad si alguien se niega a aceptar un proyecto que
nos ofrece la oportunidad de estar mejor. Como ve, acá solo se produce
alpacas. Nada más. No tenemos servicios básicos ni buena educación. A
quienes quieren interponerse a nuestras decisiones yo les digo: Déjennos
decidir nuestro futuro. No se metan, por favor”.
Son las cuatro de la tarde y no hay nada más que hacer en la comunidad
de Chacaconiza. La audiencia terminó por completo. Comienza a oscurecer.
En el campo solo se escucha el sonido de las motos que usan los
campesinos para llegar a sus caseríos.
Pero lo único que sí es cierto es que ya cuenta con licencia social de las comunidades.
Esta misma suerte quieran tener otros trece proyectos mineros que en
Puno están a la espera de la luz verde de las comunidades.
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