El
Gran Mariscal Don Ramón Castilla y Marquesado fue elegido como patrono
de Arma de Caballería, porque su Arma de origen era la Caballería, en la
que se inició con la especialidad de lancero. Así mismo como gran
peruano a ilustre precursor de la grandeza de la patria, hizo de su
nombre orgullo y ennoblecimiento de la Institución; ya que las obras que
realizó fueron importantes para el bienestar y desarrollo de la patria
que le dio nacer y que el ayudó a formar y fortalecer.
PATRONO
Don Ramón Castilla y Marquesado
Después de su victoria de la Palma (Enero de 1855), cerca de Miraflores, asume nuevamente el poder el 05 de Abril de 1855), para gobernar hasta 1862. Durante este periodo hay una encarnizada Guerra Civil (1857-1858) teniendo a Vivanco como opositor y protagonista principal; y la Guerra con el Ecuador porque este país pretendió ceder a concesionarios ingleses, en pago de su deuda contraída durante su independencia territorios de nuestra Amazonía. Surgió el peligro de una cuarta Guayana en Sub-América a expensas del Perú y una expedición de diez mil hombres al mando del mismo Castilla que ocupo Guayaquil, basto para arreglar el diferendo, nuestras tropas volvieron a la Patria después de la firma del Tratado de Mapasingue ( 25 de Enero de 1860).
Su periodo constitucional termino el 20 de Octubre de 1862, cuando tenia 65 años de edad, sucediéndole en el poder el Mariscal San Roman, quien gobernó únicamente por espacio de cinco meses.
Siendo Presidente del Senado bajo el Gobierno del General Pezet, sucesor de San Roman, fue deportado a Europa llegando hasta Gilbratar, porque protestara enérgicamente contra el Tratado Vivanco-Pareja durante el conflicto con España.
Cuando volvió al país, fue deportado a Chile y muere atravesando la Pampa de Tiliche el 30 de Mayo de 1867, a los 70 años de edad, cuando se apreciaba a actuar otra vez como “Soldado de la Ley”.
Con la muerte de este ilustre gran peruano, nos deja el análisis sobre su obsesión en forjar la grandeza del Perú dentro del orden y la constitucionalidad, sirviendo como justificación sus gestos de rebeldía, con su nunca desmentida pasión peruanista.
Termino así su vida militar, pero los jalones de su vida de estadista y gobernante, en sus dos periodos, fueron múltiples e importantes y de los cuales hacemos una somera mención:
Dio la Ley del Presupuesto y ordeno el reconocimiento y pago de nuestra deuda externa e interna, como base de la consolidación del crédito del Estado.
Abolió los mayorazgos por la Ley de 4 de Setiembre de 1849.
Abolió el Tributo Indígena por Decreto de 5 de Julio de 1849, expedido en Ayacucho.
Por Decreto del 05 de Diciembre 1854 firmado el Huancayo, proclamo la Libertad de los Esclavos Negros, pasando a la historia desde ese momento como “El Libertador” de cuarenta mil esclavos.
Construyo el Primer Ferrocarril de Sub – América, Lima – Callao Lima- Chorrillos a la vez que ordeno los estudios para construir la Ferrovial Lima – Jauja.
Trazo y puso en practica un Programa Naval, que hizo de nuestra Marina de Guerra la Primera potencia de Sub América. Su previsión estratégica se resumió en una celebre frase por todos conocida destinada a mantener nuestra permanencia naval en el Pacifico (Cuando Chile construya un buque que el Perú construya dos), y la “Amazonas” Fragata a vapor y a vela junto con varios buques de vela armados en guerra y transportes que nos dieron indiscutible superioridad naval durante el Conflicto con el Ecuador (Agosto 1859- Enero 1860).
Creo la Provincia Litoral de Loreto, fundo Iquitos, fomento la navegación fluvial en el Oriente y la lacustre en el Lago Titicaca, e hizo instalar muelles diques varaderos y arsenales.
Fundo la Escuela Naval y el Instituto Militar de Bella vista para la mejor preparación de los Cuadros de Oficiales.
Hizo que nuestra Bandera diera la vuelta al mundo en la moderna Fragata “Amazonas”.
Construyo el primer telégrafo de Sud América entre Lima y Callao.
Instalo el alumbrado a Gas en Lima.
Hizo innovaciones fundamentales en los ramos de Justicia, Hacienda e Instrucción promulgando el Primer Estatuto de Educación Publica el Código Penal, el civil, las Ordenanzas Militares y otras Leyes Orgánicas.
En cuanto a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, las mas antigua universidad de América, Castilla reunió los antiguos Colegios de San Martín (fundado por el Virrey Enríquez), el de San Felipe el de Santo Toribio y el Colegio de Medicina de San Fernando en una sola institución y reorganizó las Facultades en las siguientes: de Teología, Filosofía y Letras, Jurisprudencia y Medicina.
Consecuente y grato con el Protector del Perú, el Generalísimo Don José de San Martín (fundado por el Virrey Henríquez), el de San Felipe, el de Santo Toribio y el Colegio de Medicina de San Fernando, en una sola Institución y reorganización las Facultades en las siguientes: de Teología, Filosofía y Letras, Jurisprudencia y Medicina.
Consecuente y grato con el Protector del Perú, el Generalísimo Don José de san Martín quien dispusiera su alta en el Regimiento “ Húsares de la Legión Peruana”, lo confortó ayudándolo económicamente en su destierro y en el ocaso de su vida, haciendo que el Tesoro, le abonase 56,079 pesos que le se le adeudaba por pensiones atrasadas conferidas por el Congreso.
Puso en vigencia la Constitución de 1860, importantísima carta política que encuadró la vida de la Nación por más de 60 años. Respetuoso de la opinión ajena y devoto cumplidor de las leyes, instauró un régimen de completa libertad de prensa al punto de tolerar para estar mejor orientado, según solía decirlo hasta críticas acerbas a su política y a su personal.
Castilla encarnó la fecunda actividad nacional de toda una época. Su obra fue múltiple, realizándose con él una aspiración nacional y que tuvo trascendencia continental, por lo que su nombre figura al lado de los Sarmiento y Juárez, forjadores de las democracias argentina y mexicana, y de Lincoln, al que precedió en la abolición de la esclavitud del negro.
Fue caudillo en la verdadera aceptación de la palabra; luchador infatigable, se reveló con un indiscutible sentido táctico, conduciendo y dirigiendo las numerosas batallas que libro; y como estratega fue acucioso en sus previsiones preparando y moviendo al Ejército en la memorable campaña que desbarató la Confederación Perú – Bolivia, luego de invadir el Ecuador en defensa de nuestro patrimonio territorial, y por ultimo al anticipar nuestra defensa marítimo en el conflicto que veía venir con España.
Por altruista penetro hondamente en el corazón de sus compatriotas; nunca el resentimiento o el rencor fueron armas que esgrimió contra los vencidos; supo unir a todos, perdonando. Nunca se sintió abatido por la adversidad y en su recia voluntad confió siempre a través de su accidentada vida militar y de gobernante.
Su gran influjo personal y los destellos de u genio militar trastocaron muchas derrotas en victorias. Yungay fue el ocaso típico. Su sentido de responsabilidad y su valor podemos sintetizarlos en esta frase: SIEMPRE FUE EL PRIMERO EN ATAQUE Y EL ULTIMO RETIRADA. Caballero del desinterés y del honor consagro su vida integra al servicio de la Patria, de este nuestro Perú que olvidará a veces las lecciones de previsión y patrimonio que él nos dio, que se esta irguiendo al conjunto de su genio protector, de su pasión por la grandeza y gloria del Perú, nuestra armada Patria.
El Gran Mariscal Don Ramón Castilla y Marquesado fue elegido como patrono de Arma de Caballería, porque su Arma de origen era la Caballería, en la que se inició con la especialidad de lancero. Así mismo como gran peruano a ilustre precursor de la grandeza de la patria, hizo de su nombre orgullo y ennoblecimiento de la Institución; ya que las obras que realizó fueron importantes para el bienestar y desarrollo de la patria que le dio nacer y que el ayudó a formar y fortalecer.
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