martes, 8 de octubre de 2013

8 de octubre: Se conmemora el Combate de Angamos y el sacrificio de Grau

 
La gesta que en 1879 protagonizaron el Almirante Miguel Grau Seminario y el legendario monitor “Huáscar” en el Combate de Angamos, será evocada el martes 8 de octubre durante una ceremonia cívico-patriótica que se realizará en la plaza Grau del Callao.
Altas autoridades, civiles y militares, representaciones diplomáticas extranjeras, instituciones del primer puerto, así como entidades patrióticas y culturales, asistirán al acto de conmemoración del 192° aniversario de creación de la Marina de Guerra del Perú y los 134° años del Combate Naval de Angamos.
Ofrendas florales serán colocadas ante el monumento del conocido "Caballero de los Mares", cuyo valor y sacrificio en defensa de la patria será recordado en todo el país.
Seguidamente, a las 9:50 de la mañana, se rendirá un minuto de silencio en homenaje al Gran Almirante Grau, al coincidir con el instante en que se elevó a la inmortalidad.
El acto culminará con el desfile del Agrupamiento Naval y de las Delegaciones del Ejército, Fuerza Aérea y Policía Nacional del Perú.
Miguel Grau ofrendó su vida en defensa del Perú el 8 de octubre de 1879, durante el Combate Naval de Angamos, en el que a bordo del legendario monitor Huáscar, combatió contra la flota de guerra chilena, en el marco de la Guerra del Pacífico.
 

 
 
 
Miguel Grau Seminario


Ejemplo de ser peruano
GRAN ALMIRANTE MIGUEL GRAU SEMINARIO
Don Miguel Grau Seminario nació en la ciudad de Piura el 27 de julio de 1834.
A los 9 años se inicia en la vida de marino, como grumete en el buque mercante "Tescua" Durante diez años viajó por diferentes partes del mundo en barcos distintos.

El 14 de mayo de 1854, como guardia marina inicia su carrera en la Armada Nacional, desempeñando diversos cargos hasta ocupar el comando del "Huáscar".
Se casó el 12 de abril de 1867 con la dama limeña Dolores Cabero Núñez, con quien tuvo diez hijos. Vivió en la calle Lescano 172, cuyo inmueble completamente restaurado se conoce como la Casa Grau.
Fue elegido Diputado por Paita, dejando momentáneamente el comando del Huáscar el 5 de junio de 1876.
La gloria le alcanzó en la campaña naval iniciada el 16 de mayo y concluída cinco meses después, el 8 de octubre de 1879, campaña sin parangón en los anales de la historia marítima universal.

Por Ley 23856 del 24 de mayo de 1984, el escenario de sus hazañas se denomina "Mar de Grau". Sus restos mortales yacen en la Cripta de los Héroes del Cementerio Museo Presbítero Matías Maestro y en la Escuela Naval del Perú.

EL HUÁSCAR
EL INICIO DE LA GUERRA
Al inicio de la guerra, la Escuadra peruana estaba prácticamente desmantelada en El Callao. Las calderas de la "Independencia" estaban en tierra y el "Huáscar" se encontraba desartillado.
Si Chile se venía o no alistando para la guerra, puede resultar discutible. Hay indicios a favor y algunos argumentos en contra. En todo caso, aquel país tenía un ejército muy bien organizado y disciplinado, basado en la estructura militar prusiana y en una fuerza naval respetable, aún para estándares europeos, organizada en base a los parámetros de la marina británica.
Su escuadra -quizás la mejor de América Latina- estaba compuesta por dos enormes acorazados gemelos: El Almirante Cochrane y el Almirante Blanco Encalada. La marinería estaba bien entrenada y la flota estaba comandada por el contraalmirante Juan Williams, quién se distinguió durante la guerra contra España de 1865-66.
Bolivia no contaba con escuadra y aquel era un factor que quizás el Perú debió considerar al mantener la alianza militar con el país del altiplano, cuyos gobernantes de esa época cometieron el error de no desarrollar una marina mercante y una fuerza naval disuasiva.
La escuadra del Perú en tal sentido, salvo una excepción, no se había renovado en los últimos once años. Estaba integrada por dos blindados, dos monitores de hierro, dos corbetas de madera, dos cañoneras y algunas lanchas torpederas. Casi todas las naves se encontraban inmovilizadas y en pleno proceso de reparación.
La escuadra chilena pues aventajaba a la peruana en cantidad, desplazamiento, blindaje, poder de artillería, modernidad y número de transportes.
EL HUÁSCAR
Sin duda la principal nave del Perú era el Huáscar, blindado de mar con espolón modelo Ericsson. Su construcción se inició a fines de 1864 en Liverpool. El blindado era tan maniobrable que podía dar un giro de 180 grados en apenas dos minutos. Para los estándares de esos tiempos, el Huáscar era una nave de guerra formidable, adquirida a un precio bastante razonable.
Pero sobre la capacidad bélica del blindado, su comandante formuló al gabinete del presidente Prado la siguiente advertencia: "Señores, es preciso que no nos formemos ilusiones; el Huáscar es sin duda un buque muy fuerte, pero nunca podrá contrarrestar el poder de uno sólo de los blindados chilenos, pues estos tienen una coraza uniforme de nueve pulgadas y seis cañones de igual calibre que los del Huáscar (...) A pesar de todo el Huáscar cumplirá con su deber, aún cuando tenga la seguridad de su sacrificio".
IQUIQUE
El 25 de abril de 1879, veinte dias después de declarada la guerra, el Huáscar se hizo a la mar con una tripulación de 200 hombres. El blindado tuvo su primer enfrentamiento y durante los primeros treinta minutos se enfrentó solo contra los dos buques de guerra enemigos.
La Esmeralda estaba dirigida por el valiente capitán de fragata Arturo Prat y disponía de una tripulación de 200 hombres, número similar a la dotación del Huáscar. El combate entre ambas naves se prolongaría por más de tres horas.
El Huáscar limitaba el uso de su artillería por temor a que los proyectiles alcanzaran a la población de Iquique. Grau decidió terminar el encuentro recurriendo al espolón, pero los dos primeros intentos fueron vanos. El primero de ellos impactó a babor y el segundo en el estribor de la nave adversaria, la que pese al castigo recibido no se rindió.
En esos momentos, el aguerrido capitán Prat intentó abordar el Huáscar y acompañado sólo de un sargento, se arrojó sobre el blindado, ultimó a un oficial de señales y fue muerto sobre la cubierta cuando intentaba avanzar hacia el torreón de mando.
Un segundo intento de abordaje por doce tripulantes resultó también infructuoso. Sólo recién al tercer impacto con espolón la Esmeralda se partió y se hundió con el mástil al tope. El dramático combate concluyó a las 12:10 de la tarde. En total el Huáscar disparó cuarenta cañonazos.
Los chilenos acusaron 135 muertos. Los peruanos perdieron un oficial y siete marineros resultaron heridos. De inmediato Grau, antes de avanzar hacia la otra nave chilena, la Covadonga, dispuso el salvataje de los 62 valientes sobrevivientes chilenos, cuyo último comandante, el teniente Uríbe, agradeció el humanitario gesto del Almirante.
La posterior correspondencia entre
Grau y la viuda de Prat fue un ejemplo de profundad hermandad latinoamericana, a pesar de la crueldad de esa guerra.

CORRERIAS DEL MONITOR "HUASCAR"
Gracias a su considerable andar, blindaje, poderosa artillería y muy en especial a la audacia y habilidad de su Comandante, el monitor "Huáscar" se constituyó en una seria amenaza a las líneas de comunicaciones marítimas que sustentaban el esfuerzo bélico chileno.
El 26 de mayo de 1879 ataca Antofagasta y al día siguiente apresa dos naves mercantes en Cobija.
El 3 de junio es avistado por el blindado "Blanco" y la cañonera "Magallanes", pero logra escapar después de un corto duelo de artillería. Durante la noche del 10 de julio penetra en Iquique y ataca a las unidades navales que bloquean el puerto.
La cañonera "Magallanes" elude con mucha pericia marinera varias embestidas del espolón del "Huáscar". Pero, ante la probabilidad de tener que enfrentar al blindado "Cochrane", el Comandante Grau decide regresar a su refugio en Arica.
El 17 de julio zarpa a interceptar un convoy chileno y una semana después captura al transporte "Rímac" , con 300 carabineros de Yungay, caballares y abastecimiento de guerra.
Pese a que era el objetivo prioritario de la Escuadra Chilena, logró siempre escabullirse aprovechando que las naves nacionales estaban drásticamente reducidas en su andar, después de la larga campaña lejos de su base. Estas limitaciones hicieron insostenible el persistir en el bloqueo de Iquique.
Los éxitos del "Huáscar", en particular la captura del "Rímac", llevaron a la renuncia del Almirante chileno Juan Williams Rebolledo, asume como Comandante en Jefe el Capitán de Navío Galvarino Riveros Cárdenas y se somete a los buques chilenos a una recuperación de sus capacidades operativas, lo que toma la mayor parte del mes de septiembre.
Mientras tanto, el monitor "Huáscar" y su brillante Comandante continuaba atacando los puertos chilenos, destruyendo instalaciones portuarias y embarcaciones, para afectar el esfuerzo económico necesario para sostener la guerra.

Efigie de Grau
"Como del carbón sale el diamante, así de la negrura de esta guerra sale Grau. (...) Al estudiar lo que hizo, preciso es recordar con qué elementos trabajó y cabe preguntar qué hubiera sido del Perú con Grau en un barco como el Cochrane o el Blanco Encalada..." (Jorge Basadre).
LA BATALLA DE ANGAMOS
08 de octubre de 1879
Chile, ya capturado el Rímac y renovado sus mandos, se concentró en la toma del Huáscar. Las naves chilenas recibieron los mejores cuidados. Los transportes fueron armados con la artillería recién llegada de Europa. Puestas las naves en las mejores condiciones, el nuevo comandante de la escuadra chilena, Galvarino Riveros, se dispuso a acabar con la presencia del Huáscar en el Pacífico.
El 8 de octubre de 1879 a las tres y media de la madrugada el Huáscar y la Unión, que llegaban de Antofagasta, divisaron tres humos, constancia indudable de la presencia de naves enemigas.
Grau actuó como otras veces, ya que no había otra posibilidad, y enrumbó hacia el este para continuar luego al norte. A las 7:15 am. se pudieron distinguir hacia el norte, cerrándoles el paso, otros tres humos: eran el Cochrane, el O'Higgins y el Loa.
En la convicción de que eludir el combate ante fuerzas tan superiores era imposible, el comandante Grau se dispuso a cumplir con su deber. Ordenó al comandante de la Unión huir, lo que permitió la savación de aquella nave.
A los veinte minutos de iniciada la acción, una granada lanzada desde el Cochrane "chocó en la torre del comandante, la perforó y estallando dentro hizo volar al contralmirante Miguel Grau Seminario, que tenía el mando del buque y dejó moribundo al teniente primero don Diego Ferré, que le servía de ayudante", según consta en el parte de combate firmado en San Bernardo, el 16 de octubre, por Manuel Melitón Carbajal.
Se continuó el combate con sigular coraje de parte de los defensores del Huáscar, cuyo blindaje no tenía resistencia ante las poderosas baterías de las naves chilenas.
El combate fue tenaz y sostenido, y se sucedieron en el comando de la nave peruana los oficiales Aguirre y Rodríguez, hasta que, no quedando nada por hacer, el último comandante del Huáscar, el teniente primero Pedro Gárezon, ordenó abrir las válvulas para hundir el buque. La nave, ya incapacitada para la defensa, sufrió el abordaje del enemigo.


Monitor "Huáscar"
AÑO 1865 - DESPL. 1.130 tons.
ARMAMENTO 2 cañones de 300 libras. 2 cañones de 40 libras. 1 cañón de 12 libras 1 ametralladora Gatling .44.
POTENCIA DE MAQUINAS 1.100 IHP.
VELOCIDAD MAXIMA 11 nudos
Fue el más brillante buque de la Armada peruana en 1879, durante la Guerra del Pacífico, comandado por el Almirante Miguel Grau Seminario, distinguido y valiente marino peruano.
El 21 de mayo de 1879 hundió la corbeta chilena "Esmeralda", en el Combate Naval de Iquique. Capturado por Chile en el Batalla Naval de Angamos, el 8 de octubre de 1879, en la cual murió su Comandante, Almirante Miguel Grau.
Operó el resto de la Guerra del Pacífico bajo bandera chilena, destacando en el cañoneo de Arica y muerte de Manuel Thomson Porto Mariño y en el bloqueo de El Callao.
Formó parte de la Escuadra Chilena hasta 1897, fecha en que quedó de baja en Talcahuano por la explosión de una caldera. Se le restauró como reliquia histórica en 1934. En 1951 y 1970 fue sometido a extensas reparaciones y se le restauró a su condición original. Se le conserva actualmente como reliquia histórica en el puerto de Talcahuano, rindiéndose homenaje permanente a los héroes chilenos y peruanos que murieron en su cubierta en cumplimiento de su deber.

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