jueves, 8 de junio de 2017

137º Aniversario de la Batalla de Arica y Renovación del Juramento de Fidelidad a la Bandera

El Ministro de Defensa, Jorge Nieto Montesinos, destacó el trabajo de las Fuerzas Armadas durante la emergencia causada por el fenómeno climático Niño Costero en los primeros meses del año. Señaló que las nuevas amenazas y nuevos desafíos nos obligan a replantear estrategias, capacidades, doctrinas y formación.


Gobierno está decidido a impulsar institucionalidad y modernización de las Fuerzas Armadas








El acto fue presidido por el vicepresidente de la República, Martín Vizcarra



Con motivo del 137° aniversario de la batalla de Arica y la renovación del juramento de fidelidad a la Bandera, el ministro de Defensa, Jorge Nieto Montesinos, afirmó que el gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski está decidido a impulsar la institucionalización de las Fuerzas Armadas, así como su modernización. 
“Que nunca más el escalafón de méritos, que es construido con gran esfuerzo por todos, a lo largo de 365 días de cada año, sea roto por la intromisión manipuladora del poder político”, señaló esta mañana el ministro, durante la ceremonia celebrada en la plaza Francisco Bolognesi, en Lima.
Al dar lectura a su proclama, dijo también que es objetivo del Gobierno impulsar la modernización de las instituciones militares, no solo en equipamiento, sino también en educación, preparación y formación de sus miembros, como corresponde al militar del siglo XXI.
“Buscamos el desarrollo de nuestro personal, respetando decididamente la meritocracia y trabajando por su bienestar, así como por mejorar permanentemente su estándar académico, tecnológico y operativo”, indicó, frente a los diferentes agrupamientos de las Fuerzas Armadas emplazados en torno a la figura del héroe de Arica. 
Tras rememorar la resistencia heroica de valerosos peruanos aquel 7 de junio de 1880, el titular de Defensa resaltó las características especiales de la vida militar para garantizar la seguridad y defensa nacional.
“Puede ser muy difícil comprender a lo que renuncia un hombre o una mujer cuando ingresa a las filas de las Fuerzas Armadas: ponen su vida, repito, su vida, al servicio de todos los peruanos, para garantizar su defensa y su seguridad”, añadió Jorge Nieto. 
La ceremonia de conmemoración de esta gesta fue encabezada por el vicepresidente de la República, Martín Vizcarra Cornejo, encargado del despacho presidencial, y contó con la presencia de la presidenta del Congreso, Luz Salgado Rubianes, y del presidente del Poder Judicial, Duberlí Rodríguez, y tras autoridades.
También asistió el jefe del Comando Conjunto de las FF. AA, Almirante José Luis Paredes Lora; los comandantes generales del Ejército, General de Ejército Luis Ramos Hume, y de la Marina de Guerra, Almirante Gonzalo Ríos Polastri; y el director general de la Policía Nacional, General de Policía Vicente Romero Fernández. De igual modo, estuvieron presentes la bisnieta del héroe de Arica, Ana María Bolognesi, y la tataranieta, Ana Mamie Raguz Bolognesi.

Destacada labor de las Fuerzas Armadas durante la emergencia

De otro lado, el ministro Nieto destacó el trabajo de las Fuerzas Armadas durante la emergencia causada por el fenómeno climático Niño Costero en los primeros meses del año. Señaló que las nuevas amenazas y nuevos desafíos nos obligan a replantear estrategias, capacidades, doctrinas y formación. A modo de ejemplo, señaló que la seguridad tiene hoy amenazas de tipo cibernético, razón por las cual las capacidades deben estar adecuadas a este nuevo reto.
Durante la ceremonia, se colocaron ofrendas florales ante la efigie de Bolognesi y, en seguida, se dedicó un minuto de silencio a la memoria de los cuatro soldados fallecidos en la playa Marbella el pasado viernes 2 de junio.
Luego, los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional renovaron su juramento de fidelidad a la Bandera, en representación de todo el pueblo peruano, y como homenaje a la respuesta dada por Bolognesi al emisario del ejército chileno previo al asalto del morro: “Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”.


PROCLAMA DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA, JORGE NIETO MONTESINOS, EN OCASIÓN DE LA CELEBRACIÓN DEL 7 DE JUNIO 



 
 ¿Qué extraños e incomprensibles sentimientos hacen que un hombre se despoje de sus aspiraciones personales y las sacrifique por un bien colectivo utópico e inasible, pero no por ello menos real, al que llamamos Patria?
¿Qué motiva a un grupo de hombres asediados por la inevitabilidad de la derrota a mantenerse inquebrantables y firmes ante la superioridad militar del enemigo?

A lo largo de la historia de la humanidad, millones de hombres y mujeres han perdido la vida por razones que aparentemente van en contra de la lógica racional de la supervivencia, anteponiendo valores superiores que los hacen, hoy, a nuestros ojos; extraordinarios.

Podemos referirnos a la pequeña población de Numancia, más de 150 años antes de Cristo, que en los albores de una España que todavía no existía, asediada por los romanos, resistió durante once años la presión del conquistador y no se rindió jamás.

O podemos referirnos a la batalla de las Termópilas, en que espartanos y atenienses se unieron para enfrentar el poderoso ejército persa, y donde 300 guerreros perdieron la vida para contener su avance y lograr salvar a las fuerzas aliadas.

Ningún ejemplo es más adecuado en esta ocasión, en esta plaza, en este día, frente a este monumento al Coronel Francisco Bolognesi Cervantes, Patrono del Ejército y Gran Mariscal del Perú; que recordar aquella gesta histórica, tan significativa para el pueblo peruano, como fue la Batalla de Arica, aquel 7 de junio de 1880, hace ya 137 años, una mañana como esta, una mañana con el pletórico sol de aquellas tierras, entonces nuestras.

Ya desde el 2 de junio de ese año, cuando el Coronel Bolognesi informaba al prefecto de Arequipa sobre la superioridad de las tropas invasoras y se reportaba el inminente ataque enemigo, una firme y poderosa palabra al final del telegrama avizoraba que nunca abandonarían sus puestos: “Resistiremos”, dijo enfático.

Es por ello que este día, los soldados del Ejército y de nuestras Fuerzas Armadas en su conjunto y todos cuantos somos parte de este país; no rememoramos una derrota:celebramos el ejercicio de una voluntad superior, un grupo de patriotas que defendieron el valor superior de la Nación;celebramos una lección eternade rebeldía frente al destino y de fortaleza y entrega de peruanos admirables.

Celebramos a aquellos que entregaron su vida, porque ellos vivieron en una época en la que el Perú era una causa por la que valía la pena morir. Hoy vivimos una época en la que el Perú es una causa por la que vale la pena vivir, con la misma entrega y devoción con la que Bolognesi y un grupo de patriotas dijeron: “Resistiremos”.

Porque nosotros debemos resistir igual que Bolognesi, cada vez que la corrupción asedia y amenaza aquella consistencia ética que nos legó.

Porque nosotros debemos resistir cada vez que la sensualidad del dinero quiera borrar en nosotros la obediencia a la voluntad colectiva que emerge de nuestra democracia.

Porque nosotros debemos resistir cada vez que el afán de figuración o de fama efímeranos impide recorrer los caminos del diálogo, de la concertación y el entendimiento.

Porque nosotros debemos resistir una cultura de la maledicencia y del sicosocial, de intereses menores y subalternos que quieren lesionar la honra de quienes como Bolognesi, conservan la dimensión moral que nos heredó.

Porque nosotros debemos resistir, cada vez que rezagos de una manera antigua y extemporánea de construir la disciplina, quiere imponerse en la forma de maltrato a nuestros subordinados, fuera de todo reglamento.

“Resistiremos”, dijo el Coronel Francisco Bolognesi Cervantes. “Resistiremos” debemos decir nosotros para cumplir cada día, calladamente, el grande o pequeño deber que nos toca cumplir.

Puede ser muy difícil comprender a lo que renuncia un hombre o una mujer cuando ingresa a las filas de las Fuerzas Armadas: ponen su vida, repito,su vida, al servicio de todos los peruanos, para garantizar su defensa y su seguridad.

Es por ello que este Gobierno está trabajando para retribuir de la manera más adecuada a esa condición de permanente riesgo, de vida no convencional, de disposición diaria a las correctas órdenes de sus superiores; para que cuando llegue la hora de quitarse el uniforme, lo hagan con tranquilidad y confianza en sus instituciones.

Y estamos trabajando para que alcancen cada día una mejor capacitación, una mayor instrucción, una más grande calificación y un respeto pleno a la seguridad y a la dignidad de nuestros soldados, que son el corazón de nuestras Fuerzas Armadas.

Los sentimientos y motivaciones son eternos, pero los retos que tenemos que afrontar cambian constantemente en un mundo que evoluciona con velocidad de vértigo.

Aparecen nuevas amenazas y nuevos desafíos que nos obligan a replantear y conducir con nueva visión nuestras estrategias, nuestras capacidades, nuestra doctrina, nuestra formación y nuestros entrenamientos.

En el campo de la Seguridadaparecen nuevas amenazas vinculadas a la gestión de riesgos de desastres, al terrorismo y al crimen transnacional, que son problemas frente a los cuales las Fuerzas Armadas del Perú tienen un rol muy activo.

Adecuar nuestras capacidades, también para la Ciberdefensa, supone hacernos cargo de la seguridad de los sistemas informáticos y de las redes, tanto en el Estado como en la sociedad.También, promover y mejorar la comunicación entre todas las instituciones del mundo público y del mundo privado.

Igualmente, hacernos cargo de los nuevos riesgos que el desarrollo del ciberespacio y la actividad humana tienen para los Estados y las sociedades.

Y fundamentalmente, la Ciberdefensa es también la garantía para que se desarrolle aún más la libertad de expresión, el libre acceso a la información y la garantía para que la vida íntima y la vida privada de las personas sean respetadas, como derechos inalienables que querían los fundadores de la modernidad.

Por ello aspiramos a una seguridad multidimensional, idea que llega a nosotros, no desde el debate externo, sino desde la acción conjunta de nuestras Fuerzas Armadas en el VRAEM. Un concepto, por tanto, que se deriva de las lecciones y resistencias que nos impone la realidad para conseguir la victoria,y que comprende aspectos militares, políticos, económicos, sociales, geográficos y ambientales.

Recientemente hemos presenciado el extraordinario y rápido desempeño de nuestras Fuerzas para enfrentar los retos de la naturaleza, como ocurrió desde el primer momento de la atención de la emergencia por lluvias y huaicos, producto del fenómeno del Niño Costero.

Durante estos meses, ha quedado demostrado que cada día hay una mayor integración de nuestras Fuerzas Armadas, que despliegan con mayor capacidad su trabajo conjunto, que han actuado como Una Sola Fuerza, al servicio y en alianza contoda la sociedad.

El gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski está decidido a impulsar la institucionalización de nuestras Fuerzas Armadas, que nunca más el escalafón de méritos, que es construido con gran esfuerzo a lo largo de 365 días, sea roto por la intromisión manipuladora del poder político.

También queremos impulsar la modernización de nuestras Fuerzas Armadas, que no es solo la de su equipamiento y capacidades tecnológicas, que lo es; sino también la educación, preparación y formación del militar del siglo XXI, y que le añade a la tradicional disciplina y valor permanentes, la flexibilidad y versatilidad para analizar situaciones en constante evolución y poner a su servicio el uso de las nuevas tecnologías.

Buscamos el desarrollo de nuestro personal, respetando decididamente la meritocracia y trabajando por su bienestar, así como por mejorar permanentemente su estándar académico, tecnológico y operativo. 

Desde aquí les enviamos un saludo a quienes están combatiendo en el VRAEM por la pacificación, y por liberar esa zona de los residuos terroristas al servicio del narcotráfico. Y le decimos al país, con Bolognesi, que estamos permanentemente alertas para conjurar esta amenaza que tanto daño le hizo al país en el pasado.



Estimados oficiales superiores y subalternos, técnicos, suboficiales y soldados:


Es difícil responder a las interrogantes con que inicié estas palabras, ¿cómo saber y comprender los sentimientos que impulsaron tanto al coronel Francisco Bolognesi Cervantes y a los 15 oficiales que lo acompañaron, así como a todos los valerosos soldados que aquel 7 de junio dejaron su vida en el campo de batalla?

No lo sabemos a ciencia cierta. Si sabemos que están aquí, hoy día, esta mañana, porque admiramos su ejemplo y reconocemos en él algo extraordinario.

Sí sé que esos sentimientos, profundos y sinceros, los acompañan a todos ustedes, a los hombres y a las mujeres del Ejército, Marina y Fuerza Aérea en todas las guarniciones del Perú, desde el día que decidieron portar el uniforme militar y anteponer los intereses nacionales a los de su propia vida.

Los hemos visto en las batallas que hemos desarrollado juntos, frente a los huaicos, las inundaciones y las desgracias. Bolognesi vive en ustedes. Él cumplió con su deber hasta quemar el último cartucho, nosotros debemos cumplir con nuestro deber hasta alcanzarlo.

A todos ustedes mi más sincero reconocimiento y mi total compromiso, en este día de tan importante rememoración para nuestro país.



¡Viva el gran Coronel Francisco Bolognesi!

¡Viva el Ejército!

¡Vivan las Fuerzas Armadas!

¡Viva el Perú!


SESIÓN SOLEMNE EN LA BSFI POR EL 7 DE JUNIO

 

Con motivo de celebrarse este 7 de junio un aniversario más de la Gloriosa Epopeya de Arica y Renovación de Juramento de Fidelidad a la Bandera, la Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia realizó una sesión solemne en homenaje a esta fecha histórica, así mismo se tomó juramentación a los nuevos asociados






DISCURSO DE ORDEN DEL SR. GENERAL DE DIVISIÓN “R” FRANCISCO ANTONIO VARGAS VACA EN LA SESIÓN SOLEMNE EN HOMENAJE A LA GLORIOSA EPOPEYA DE ARICA, Y RENOVACIÓN DEL JURAMENTO DE FIDELIDAD A LA BANDERA; ORGANIZADA POR LA BENEMÉRITA SOCIEDAD FUNDADORES DE LA INDEPENDENCIA, VENCEDORES EL 2 DE MAYO DE 1866 Y DEFENSORES CALIFICADOS DE LA PATRIA.
CEREMONIA QUE SE LLEVÓ A CABO EL 6 DE JUNIO DE 2017 A LAS 1900 HORAS. 




Sr. General de División Carlos Alfonso Tafur Ganoza, Presidente de la Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia, Vencedores el 2 de mayo de 1866 y Defensores Calificados de la Patria.
Distinguidos miembros del Consejo Directivo de nuestra Benemérita Sociedad
Estimados Señores Generales y Almirantes.
Dignas autoridades civiles y militares.
Damas y caballeros, asociados e invitados.
Señoras y Señores.

En este discurso de orden, dedico mis primeras palabras a hacer un público agradecimiento al Consejo Directivo de nuestra Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia, especialmente a la persona de nuestro Presidente, el Sr. General de División Carlos Alfonso Tafur Ganoza, por otorgarme el privilegio y el honor de disertar en esta histórica tribuna.
Y digo privilegio porque disertar en nuestra Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia, la primera Institución con fines cívico-patrióticos creada en el Perú y en todo el Continente Americano, fundada en 1857, y donde se exalta el glorioso pasado de nuestra patria, es un señalado privilegio; pero también esta oportunidad es un verdadero honor hacia mi persona, porque he sido designado para disertar sobre uno de los eventos más significativos y de mayor recordación para nuestro país, y un hecho extraordinario en la Historia Militar de todo el mundo, me refiero a la gloriosa epopeya de Arica; y la consecuente, renovación del juramento de fidelidad a la bandera.
Creo yo que hablar sobre la epopeya de Arica, no debe limitarse solamente a recordar fechas, lugares, actores y eventos de este importante hecho histórico, no debe circunscribirse a rememorar la solicitud de rendición del emisario chileno, comentar la famosa frase del Coronel Francisco Bolognesi, estremecernos con la narración de pasajes de la batalla, impresionarnos con el cruel epílogo, y hacer un reverente recuento de los héroes de esta tragedia.
Creo yo que ello constituye un primer nivel de conocimiento, sobre el cual, se debe construir un andamiaje de reflexiones, enseñanzas y lecciones que se apoyen en el estudio de los hechos.
Por lo tanto, el elevado nivel del auditorio, me permite plantear algunas enseñanzas directamente sobre las acciones ya conocidas.

Así, permítanme plantear un primer asunto:
¿Qué enseñanzas podemos rescatar de la trayectoria de los países contendientes en la Batalla de Arica, es decir de la trayectoria de Chile y el Perú?
La historia de ambos países es bastante extensa, resumiré lo más posible.
Por un lado, Chile, fue una Capitanía tutelada por el Virreinato del Perú, con un pequeño territorio con escasos recursos naturales, pero desde su independencia trazaron un gran Plan Nacional, sus diferentes gobiernos siguieron lo programado, aplicaron lo que ahora se conoce como Planeamiento Estratégico de largo plazo, se prepararon y realizaron sucesivas guerras de expansión; su sociedad fue más unida, con más orden, con mayor identidad nacional y estabilidad política; y se aliaron a uno de los países más poderosos de ese tiempo, Inglaterra.
Por el otro lado, el Perú, fue cuna de una de las pocas culturas primigenias del mundo, y luego heredero del Tahuantinsuyo, el más avanzado imperio de América; y depositario del virreinato más poderoso de esta parte del planeta; sin embargo, cuando se independiza, se convierte en una República libre, pero caótica.
Encontráremos sucesivos gobiernos peruanos con recurrentes casos de corrupción y mediocridad; con un permanente enfrentamiento entre peruanos, y un inaceptable descuido de nuestras Fuerzas Armadas, que lindaba con la traición
a la Patria; por el lado de la población, estábamos muy desunidos, estratificados, enfrentados, y con una débil identidad nacional.
Las grandes diferencias en relación a la gestión política, el compromiso de la sociedad y la preparación militar; explican claramente el resultado de la contienda; y nos hace entender la importancia del trabajo coordinado entre todos los estamentos de un país para fortalecer su defensa nacional.

Ante la cruda enseñanza del estudio de la trayectoria de los países contendientes, preguntémonos: ¿Hemos aprendido la lección?
Ahora, en este momento, ¿Aplicamos el Planeamiento Estratégico a largo plazo? ¿Tenemos un Plan de Desarrollo Nacional a 40 o 50 años, o todavía está en formulación? ¿Tenemos un Proyecto Nacional? ¿Conocemos cuáles son los seis Objetivos Nacionales? Por el lado de nuestra población ¿Estamos unidos, y comprometidos con la defensa nacional? ¿Nuestra población, está integrada para enfrentar con éxito las amenazas existentes en la actualidad, para enfrentar la corrupción, la delincuencia organizada, el terrorismo y el narcotráfico internacional?
Y en relación a nuestras Fuerzas Armadas ¿Nuestros soldados se encuentran convenientemente equipados y capacitados para actuar, y están concientizados para entregar lo más valioso que tiene una persona, como es su propia vida en defensa de nuestro país, como lo hicieron los héroes de Arica? ¿Los sucesivos gobiernos, han proporcionado a los integrantes de nuestra Fuerza Armada los recursos suficientes para que puedan defender al país, y para tener una vida digna y decorosa, acorde con el sacrificio que diariamente realizan en bien de la defensa nacional, tarea absolutamente diferente que la de los servidores públicos? Tarea que no tiene comparación con la de un maestro de escuela o un médico.
En buena cuenta ¿Hemos aprendido la lección que nos da el estudio de la trayectoria de ambos países antes de la guerra, o no?

Analicemos los hechos durante los 15 años anteriores a la guerra, en busca de nuevas enseñanzas:
Considero que es particularmente importante reflexionar sobre las circunstancias que condujeron a epopeya de Arica. Revisemos desde el combate del 2 de mayo de 1866.
Recordemos que en el combate del Callao, más conocido como combate del 2 de mayo de 1866, el mismo Presidente General Mariano Ignacio Prado dirigió personalmente las defensas del puerto contra la amenaza exterior, constituida por la formidable escuadra española. En ese glorioso día peleamos juntos: civiles y militares, gobernantes y gobernados; con el mismo Presidente de la República a la cabeza de la Fuerza Armada, de esa unión nació la victoria, de ese trabajo en conjunto surgió el triunfo de nuestras armas.
El General Mariano Ignacio Prado gobernó hasta 1868; desde enero del 68 hasta agosto del 72, tuvimos 9 gobernantes en sólo 4 años; hasta que fue elegido el Dr. Manuel Pardo y Lavalle, el primer civil que llega a la Presidencia por elecciones, luego de más de 50 años de República.
Una de las primeras disposiciones del Presidente civil Manuel Pardo y Lavalle fue reducir nuestro Ejército Nacional a 2,200 efectivos y los distribuyó en todo el territorio para develar los 34 levantamientos que hubieron en su gobierno; así mismo, entregó el armamento del Ejército a la Guardia Nacional, y anuló las compras de armamento y naves blindadas; además y lo más grave: firmó un Tratado Defensivo con Bolivia, país que ya tenía serios problemas políticos con Chile. Es decir degradó a su mínima expresión nuestro sistema de defensa nacional y nos puso en un grave riesgo a nivel internacional.
Así llegamos a 1876, en que el General Mariano Ignacio Prado asume nuevamente la Presidencia; el General Prado trató de recomponer el Ejército, pero el liderazgo de los jefes, la experiencia de los Oficiales, la capacidad de las Unidades no se consigue de un momento a otro; es un proceso continuo y permanente.
En esa penosa situación, llegamos al 5 de abril de 1879 en que Chile nos declara la guerra; en momentos en que la defensa nacional se encontraba en una lamentable situación, producto de las malas decisiones de la clase política.
Nuevamente, la historia nos da una amarga lección; es que un Ejército, una Fuerza Armada es una continuidad en el tiempo, que debe irse fortaleciendo permanentemente. Y hoy, cuando escuchamos voces que exigen reducir nuestras Fuerzas Armadas porque ya se cerraron las fronteras con los países vecinos;
parece que se olvida que la guerra más sangrienta y de peores consecuencias para nuestra Patria, fue la guerra con Chile, país con el que no teníamos frontera; aparentemente, algunos creen que las guerras son solamente por territorios, y pretenden hacernos olvidar que las guerras son - sobre todo - por conflictos de intereses; y cuando un país tiene muchos recursos y otro no, siempre habrá conflictos de intereses; y también, cuando dos países se disputan la primacía en una región, siempre habrá conflictos de intereses.
Nueva y dolorosa lección que jamás los peruanos debemos olvidar.

Pasemos a buscar enseñanzas a partir del 5 de abril de 1879, fecha en que Chile nos declara la guerra.
Iniciadas las operaciones militares; luego, de seis meses de brillante campaña marítima de nuestra Armada, en octubre, perdemos al Almirante Grau y al monitor “Huáscar” en Angamos; y con ellos, perdemos nuestra capacidad de actuar en el mar.
Luego, se inicia la campaña terrestre, a pesar de la victoria de Tarapacá, las tropas chilenas ocuparon esta provincia. En esas circunstancias particularmente difíciles para el país, el presidente Mariano Ignacio Prado viaja a Europa en plena guerra para no regresar. Nicolás de Piérola se autoproclama Presidente, y entra a Palacio de Gobierno el 23 de diciembre de 1879; su primera disposición fue relevar a gran parte de los mandos militares y colocar a "civiles pierolistas” otorgándoles el grado de coronel. Las derrotas se sucederían una tras otra, hasta el desastre de la batalla en el Alto de la Alianza el 26 de mayo de 1880, que sería el preámbulo de la batalla de Arica.
Así llegamos al día de la batalla de Arica, el Presidente del Perú era el abogado Nicolás de Piérola, permanente conspirador, que vivió acogido muchos años en Chile; y el Jefe del Ejército del Sur era el Contralmirante Lizardo Montero, prestigioso marino, que había derrotado a Piérola en uno de sus tantos levantamientos. Piérola no apoyó a Montero, no le envió refuerzos ni abastecimientos y contribuyó a la derrota del Ejército del Sur, que culminó con la tragedia de Arica. Ni siquiera por la Patria amenazada, los políticos pierolistas olvidaron sus rencillas personales con los militares.
Nuestra historia nos dice que los políticos y los militares estaban más preocupados por sus enfrentamientos personales, por sus ambiciones de poder, conformaban dos mundos separados, que vivían de espaldas, y enfrentados unos a otros. Y así tenemos que el 7 de junio de 1880, el Coronel Bolognesi y 1,700 peruanos se encontraban abandonados defendiendo el morro de Arica, en una situación extrema.

Entonces surge nuevamente la inevitable pregunta: ¿Hemos aprendido la lección de Arica? En la actualidad ¿Tenemos a una clase política y a un estamento militar debidamente integrados?; los políticos ¿Respetan y apoyan adecuadamente a los militares en el activo y en la reserva, es decir a los militares en retiro?
Hoy, ¿podemos decir que no tenemos militares abandonados, como en Arica? Conversando con muchos compañeros de arma, ellos confiesan que, también se sienten abandonados por una sociedad que juraron defender; abandonados sobreviviendo con sus escasos sueldos y remuneraciones, entre los más bajos de la región sudamericana; otros se sienten abandonados, al enfrentar juicios donde deben pagar abogados por años, para demostrar su inocencia, (No me refiero a los que cometieron delitos, me refiero a los acusados injustamente); también tenemos a muchos excombatientes discapacitados, que se sienten abandonados… Y ahora, muchos militares que pasaron al retiro antes de diciembre del 2012, se sienten – también - abandonados por el Gobierno al considerar que existe injusticia y desigualdad en sus remuneraciones; situaciones que confío que el actual Gobierno sabrá corregir ¿Es que no aprendemos a trabajar unidos?

Todos conocen el resultado del desigual encuentro de fuerzas el 7 de junio de 1880. Todos conocen el resultado de la derrota de Arica.
Ante ello, espero que hayamos aprendido cuales fueron las causas del desastre: Falta de responsabilidad, imprevisión, mediocridad, incapacidad, incompetencia, corrupción, falta de altura de estadista en la clase gobernante, desunión de la sociedad peruana, y falta de preparación en el estamento militar.
Chile no nos ganó la guerra, el Perú la perdió. Y el Coronel Bolognesi en Arica, con la sapiencia que dan los años, señala claramente a los responsables, en una carta que escribe a su esposa. El héroe dice: “Dios va a decidir este drama en que los
políticos que fugaron y los que asaltaron el poder, tienen la misma responsabilidad. Unos y otros han dictado con su incapaz conducta, la sentencia que nos aplicará el enemigo”.
En Arica no solo fue derrotado el Coronel Bolognesi, sus Oficiales y su tropa. En Arica, tampoco fue derrotado el Ejército o la Marina solamente; en Arica, fue derrotado toda la nación peruana, que no supo unirse y defenderse; fue derrotado todo el Estado Peruano, que no cumplió con uno de sus deberes fundamentales, cual es dar seguridad a nuestros ciudadanos y nuestro patrimonio; pues en Arica culmina la Campaña del Sur, donde perdemos los inmensos territorios de Iquique y Tarapacá.

Estoy seguro que cada uno de Uds. tiene una respuesta a estos – tal vez - insolentes planteamientos, cada uno de Uds. tiene su propia opinión acerca de estas – tal vez – atrevidas reflexiones; pero si he logrado mover su conciencia hacia estos temas, entonces habré logrado el propósito de este discurso.

Sin embargo, a riesgo de ser desaforado, permítanme un cuarto y último planteamiento:
¿Qué lecciones podemos extraer de la Batalla de Arica en sí?
Para ello, los invito a realizar un ejercicio mental: Pongámonos en la situación de los combatientes en el morro de Arica; conocían de la derrota en la Batalla del Alto de la Alianza, sabían de la deserción del Ejército boliviano, y que eran la última fuerza peruana en el sur del país, que estaban defendiendo un puerto estratégico para al abastecimiento del Ejército del Sur y la Armada Nacional, pero que en ese momento ambos prácticamente no existían.
Por otra parte, conocían que las fuerzas peruanas en Arica sumaban cerca de 1,700 hombres, de los cuales la mayoría eran los llamados “cívicos”, es decir ciudadanos recién enrolados durante la guerra, mal vestidos, peor equipados, con escasas municiones y medios, con mucho patriotismo y entusiasmo, pero muy poca preparación militar, no disponían de Unidades de Caballería, y su Artillería apuntaba al mar, no era la más adecuada para el combate terrestre.
Sobre el enemigo, los peruanos sabían que al norte se encontraban 15,000 soldados chilenos en Tacna que le cerraban el paso; al sur 5,000 chilenos habían ocupado Iquique, al este 6,500 efectivos le impedían replegarse hacia los Andes, y al oeste tenían el mar y toda la escuadra chilena; es decir, estaban rodeados por mar y tierra, sin posibilidades de retirada, sin posibilidades de refuerzos, y sin ninguna alternativa viable de obtener una victoria ante la superioridad militar del invasor.
¿Por qué entonces defender una guarnición sin valor estratégico y en esas tristes condiciones? Imagínense que Uds. Se encuentran en esa situación. Seguramente estudiarían sus opciones:
· Una: resistir lo más posible, a la espera de un milagro.
· Dos: Rendirse, para buscar mejores condiciones para seguir combatiendo.
En esas condiciones extremas, pensemos: ¿Por qué no se rindieron? No serían la primera unidad militar en el mundo que se haya rendido. La historia militar mundial registra algunos casos de rendición:
· Como cuando los musulmanes (Boaddil) se rindieron ante fuerzas españolas en Granada en 1492.
· Como la célebre rendición de los defensores holandeses en la guarnición de Breda ante los atacantes españoles en 1,625; cuando las tropas holandesas salieron de la ciudad, lo hicieron al paso de desfile, llevando sus banderas, uniformes y armas.
· Como las Unidades británicas que se rindieron, a las fuerzas rebeldes durante la Guerra de Independencia norteamericana; particularmente en Saratoga (General Burgoyne) en 1777, y en Yorktown (Lord Cornwallis) en 1781. Las fuerzas británicas que se rindieron fueron tratadas con respeto y caballerosidad.
· Como la rendición del Brigadier español Rodil en 1826, dos años después de la batalla de Ayacucho. Cuando Rodil y 400 famélicos realistas entregaron la Fortaleza del Real Felipe, fueron recibidos con honores militares por los patriotas.
Entonces, ¿por qué el Coronel Bolognesi y los defensores de Arica no se rindieron? ¿No creen Uds. Que estos Oficiales y soldados no pensaron en sus esposas, en sus hijos, en sus familias, en sus casas?
Yo creo que no se rindieron, porque ante tanta adversidad, ante tanta imprevisión, ante tanta mediocridad, ante tanta incapacidad y traición; alguien debía decirle al Perú y al mundo, que los peruanos somos un pueblo con dignidad, un pueblo con honor, un pueblo altivo y orgulloso. Y en esas tristes horas para nuestra Patria, alguien debía señalar el camino, marcar el rumbo, dar el ejemplo, e indicar que nuestro camino estaba signado por perseverar hasta el fin, por esforzarnos hasta el último aliento, por pelear hasta el último cartucho. Esa era nuestra única alternativa, rendirnos no era una opción.
Y esa gloriosa decisión, marcó nuestro proceder en el resto de la guerra: en San Juan, en Miraflores, en la campaña de la Breña, en Sausini y en Huamachuco, nunca nos rendimos; y luego de esta guerra, continuamos, y nunca las armas peruanas se han rendido, ni en la guerra con Colombia, ni en la guerra con el Ecuador en 1941, ni en el Cenepa, ni en el Cóndor, ni en el Proceso de Pacificación.
Y es que, como todos los Ejércitos, hemos tenido victorias y derrotas, pero nunca tuvo una rendición. Arica nos señaló el rumbo y los militares aprendimos la lección. Los militares peruanos jamás nos rendimos…
Sobre la gesta de Arica, el historiador Jorge Basadre diría: “Bolognesi y sus compañeros…, al inmolarse, le dieron al Perú algo más importante que una lección de estrategia: le dieron símbolos nacionales, aliento misterioso para el alma colectiva…”.

¿Qué hubiera sucedido si Bolognesi y sus hombres se hubiera rendido?
Hoy seríamos un pueblo sin honor, seríamos un pueblo que no podría mirar de frente, altivo y orgulloso a otras naciones, tendríamos que bajar la cabeza cuando nos hablen de Arica. Gracias a los militares defensores del morro, somos una nación con honor, con dignidad, y que no tiene por qué bajar la cabeza ante nada, ni ante nadie, porque nosotros nunca nos rendimos.

Finalmente, debo decirles que creo que los 1,700 héroes de Arica, no se inmolaron para que les dediquen un poema, no se sacrificaron para que les pinten un óleo, ni siquiera para que alguien les dedique un discurso. Creo que los héroes de Arica están por encima de todo ello.
Creo que lo que ellos buscaban, era que los tomemos como ejemplo, como nuestro modelo, y que todos los peruanos luchemos hasta el último aliento por nuestra Patria, al igual que ellos. Consecuentemente, cada año, cada 7 de junio, el Perú entero debería renovar el juramento de fidelidad a la bandera. No solamente los militares, no solamente algunos colegiales, sino toda la población en su conjunto.
El mayor homenaje que pudiéramos hacerles a Bolognesi y los 1,700 héroes de Arica, es tener hoy, un país unido, integrado, fuerte, donde civiles y militares, políticos y ciudadanos, gobernantes y gobernados trabajen unidos, con eficiencia y en armonía, hasta el último aliento, y de ser el caso, pelear hasta el último cartucho, por un Perú “firme y feliz por la unión”, como reza nuestro lema nacional
¡Honor y gloria al Coronel Bolognesi!
¡Honor y gloria a los 1,700 defensores de Arica!
Y gracias a ellos, gracias a su sacrificio podemos decir:
¡Honor y gloria a nuestra Patria: el Perú!
Muchas Gracias.


GALERÍA DE IMÁGENES DE LA CEREMONIA POR EL 7 DE JUNIO



























CEREMONIA POR EL CXXXVII ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE ARICA Y DÍA DE LA BANDERA NACIONAL SE CONMEMORÓ EN PLAZA DE ARMAS DEL CUSCO 


 

Cusco, 07 de Junio 2017 (EP). - RENOVACIÓN DE JURAMENTO DE FIDELIDAD AL SÍMBOLO PATRIO CONTÓ CON PRESENCIA DE AUTORIDADES REGIONALES Y LOCALES
El día miércoles 07 de Junio del 2017, al conmemorar el Centésimo Trigésimo Séptimo aniversario de la Batalla de Arica y Día de la Bandera del Perú, la 5a Brigada de Montaña, desarrolló la ceremonia en la Plaza de Armas del ombligo del mundo, por lo que las autoridades se reunieron previamente en la Sala de Banderas de la Municipalidad Provincial del Cusco, para luego realizar el Paseo del bicolor nacional por las principales arterias de la ciudad.
El acto cívico fue Presidido por el Lic. Edwin Espinoza Huillca, Prefecto Regional del Cusco, como primera autoridad de la localidad, también estuvieron presentes el Dr. Wilbert Bustamante del Castillo, Presidente de la Corte Superior del Cusco, Dr. Walter Becerra Huanaco, Presidente de la Junta de Fiscales, Dr. Carlos Moscoso Perea, Alcalde de la Municipalidad Provincial del Cusco, Mgt. Franklin Sotomayor Apaza, Alcalde del Distrito de Santiago, Eco. Willy Cuzmar del Castillo, Alcalde del Distrito de Wanchaq, Gral PNP Max Reinaldo Iglesias Arévalo, entre otras importantes autoridades políticas, eclesiáticas, civiles y policiales de la Imperial ciudad; quienes escucharon atentos el mensaje del Ministro de Defensa y luego afirmaron junto con las escoltas e instituciones presentes , la fidelidad a la Bandera, un contundente ¡ Si Juro !.
Las delegaciones de la 5a Brigada de Montaña, la Séptima Macro Región Policial, Defensa Civil, INPE, la Benemérita Sociedad de Artesanos y las delegaciones de las Instituciones Educativas Colegio Nacional de Ciencias, Inca Garcilaso de la Vega, Educandas, Clorinda Matto de Turner, Francisco Bolognesi y el Colegio Militar Francisco Bolognesi, desfilaron frente al mástil donde flameaba el Emblema Nacional, por su parte el público mostró su civismo y patriotismo entonando nuestros himnos y aplaudiendo a cada uno de los participantes quienes con paso firme y marcial mostraron el orgullo de ser peruano.
















 


 CEREMONIA POR EL DÍA DE LA BANDERA Y 137 AÑOS DE LA BATALLA DE ARICA

 


 

Con el compromiso de continuar trabajando por el engrandecimiento de la Patria, Guerreros del Sur, participaron en la ceremonia conmemorativa por los 137 años de la Batalla de Arica y Día de la Bandera.
El acto castrense se realizó el 07 de Junio en la Plaza Coronel Francisco Bolognesi del distrito de Yanahuara y fue presidido por el señor Daniel Germán Lozada Herrera Prefecto de Arequipa, junto al señor General de División Próspero Otoniel Díaz Arrué Comandante General de la Tercera división de Ejército.
La ceremonia se inició con el paseo de la Bandera por la avenida Bolognesi, con la participación de las principales autoridades militares y civiles de la región Arequipa, acto que fue ovacionado por la población asistente.
Durante la ceremonia se realizó la entrega de ofrendas florales a cargo de las autoridades en homenaje al héroe nacional Coronel Francisco Bolognesi Cervantes quien junto a sus hombres defendieron la plaza de Arica como titanes, pasando a la inmortalidad por su acción que ha quedado como ejemplo imperecedero de amor a la Patria.
La lectura de la Proclama del Doctor Jorge Nieto Montesinos Ministro de Defensa, estuvo a cargo del señor General de División Próspero Otoniel Díaz Arrué Comandante General de la Tercera División de Ejército, documento en el que la autoridad resalta el nivel patriótico de Bolognesi y sus soldados.
En la proclama, también se resalta el compromiso de quienes actualmente visten el uniforme de la Patria y se les da muestra de agradecimiento por su labor de apoyo durante la ocurrencia de fenómenos naturales como el registrado el presente año en el norte del país.
La ceremonia Patriótica, culminó con el compromiso de seguir contribuyendo día a día en el proceso de desarrollo del país, razón de ser del soldado peruano.



















 07 DE JUNIO, JURAMENTO DE FIDELIDAD A LA BANDERA EN IQUITOS 



 

Iquitos, 07 de Junio del 2017(EP).- Una jornada patriótica memorable se desarrolló en la ciudad de Iquitos en el marco de las actividades conmemorativas por el 137º Aniversario de la Batalla de Arica, instituido como Día de la Bandera Nacional.
A las 0900 hrs se dió inicio a una imponente Ceremonia en la Plaza Bolognesi con la asistencia de todas las autoridades políticas, eclesiásticas, militares, consulares, académicas y público en general, la misma que fue presidida por el Licenciado Fernando MELENDEZ CELIS, Gobernador Regional de Loreto.
El momento más emotivo fue cuando el Sr Crl EP Miguel MERINO MOGOLLÓN, hizo ejecutar el
Juramento de Fidelidad a la Bandera y toda la plaza a viva voz contestó "SI JURO". La lectura de la proclama del Ministro de Defensa estuvo a cargo del Sr Gral Div Jorge Orlando CELIZ KUONG








"DEVELACIÓN DEL NUEVO MONUMENTO DEL CRL FRANCISCO BOLOGNESI EN EL MALECÓN TARAPACÁ"



Iquitos, 07 de Junio del 2017(EP).- Con el apoyo del Gobierno Regional de Loreto, la Municipalidad Provincial de Maynas y la V División de Ejército, se inauguró el monumento del Crl Francisco BOLOGNESI CERVANTES en el Malecón Tarapacá, contando con la presencia de numeroso público, sobre todo niños, quienes entusiastas participaron de este magno evento.
En un hecho histórico para la ciudad de Iquitos, hoy luce imponente el monumento del Crl Francisco BOLOGNESI CERVANTES "Patrono del Ejército del Perú, frente al EX HOTEL "PÁLACE", sede del Cuartel General de la V División de Ejército.
La colocación del monumento del Titán del Morro, también implicó el mantenimiento y arreglo general de la ex Plazuela "SIMON BOLIVAR", reparación de losetas, pintado de bancas, balcones de cemento, iluminación, etc. La misma que a partir de la fecha se denominará "PLAZUELA BOLOGNESI".
"V DE, LA MEJOR GUB DEL EJERCITO DEL PERÚ"







ESCENEFICACIÓN DE LA RESPUESTA DEL CRL FRANCISCO BOLOGNESI EN IQUITOS




CONMEMORACIÓN POR EL CXXXVII ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE ARICA


EL 07 DE JUNIO DE 2017, EN LA PLAZA DE ARMAS DE PICHARI, SE LLEVÓ A CABO LA CEREMONIA DE CONMEMORACIÓN POR EL CXXXVII ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE ARICA Y RENOVACIÓN DEL JURAMENTO DE FIDELIDAD A LA BANDERA, DICHA CEREMONIA ESTUVO PRESIDIDA POR EL GENERAL DE DIVISIÓN MANUEL GÓMEZ DE LA TORRE ARANIBAR, COMANDANTE DEL COMANDO ESPECIAL VRAEM. DURANTE LA CEREMONIA, QUE CONTÓ CON LA PRESENCIA DE LAS AUTORIDADES MILITARES Y CIVILES DE PICHARI, SE PROCEDIÓ CON EL TRADICIONAL PASEO DE LA BANDERA NACIONAL, A CONTINUACIÓN SE REALIZÓ EL IZAMIENTO DEL PABELLÓN NACIONAL, ACTO QUE ESTUVO A CARGO DEL COMANDANTE DEL COMANDO ESPECIAL VRAEM, ACOMPAÑADO DEL SUBPREFECTO DEL DISTRITO Y DEL REPRESENTANTE DEL ALCALDE DE PICHARI; AL TÉRMINO DEL IZAMIENTO SE REALIZÓ LA ACCIÓN LITÚRGICA A CARGO DEL REVERENDO PADRE, PÁRROCO DEL DISTRITO EN MENCIÓN.
POSTERIORMENTE, SE EFECTUÓ LA RENOVACIÓN DEL JURAMENTO DE FIDELIDAD A LA BANDERA, EVENTO DE GRAN TRASCENDENCIA PARA TODO PERUANO, RECIBIENDO A VIVA VOZ UN ENÉRGICO: “SI JURO” DE PARTE DE TODOS LOS ASISTENTES A LA CEREMONIA. AL TÉRMINO DE LA CUAL Y LUEGO DE LA LECTURA DE LA PROCLAMA DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA, SE DESARROLLÓ EL DESFILE CÍVICO MILITAR EN EL CUAL PARTICIPARON ALUMNOS DE LOS COLEGIOS, DE LOS INSTITUTOS DE FORMACIÓN TÉCNICA, REPRESENTANTES DE LA MUNICIPALIDAD, DEL COMITÉ DE AUTODEFENSA Y DE LA COMPAÑÍA DE SERENAZGO DE LA LOCALIDAD, ADEMÁS DEL PERSONAL MILITAR DE LAS FUERZAS ARMADAS Y POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ, DESTACADAS EN PICHARI.
DE ESTA MANERA EL COMANDO ESPECIAL DEL VRAEM PUDO COMPROBAR EL ORGULLO Y PATRIOTISMO DE SU PERSONAL Y EL COMPROMISO E IDENTIDAD DEL POBLADOR CIVIL HACIA NUESTRA BANDERA NACIONAL














Piura: Destacan nobleza y sacrificio del Soldado peruano 

Al recordar 137 aniversario de epopeya de Arica



Como cada 7 de junio el pueblo piurano y su Ejército recordaron el 137° aniversario de la Batalla de Arica; y como parte de esta celebración, los miembros de las Fuerzas Armadas renovaron su Juramento de Fidelidad a la Bandera.
El paseo a la bandera fue el acto inicial, que tuvo por escenario la plaza Bolognesi, donde se desarrolló la ceremonia central y dentro del protocolo la paraliturgia oficiada por Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, Arzobispo Metropolitano, quien destacó el sacrificio, nobleza y amor al prójimo de los Soldados ante el Fenómeno del Niño Costero.
La lectura de la Proclama del Ministro de Defensa, fue pronunciada por el General de Brigada Alan Torrico Lapoint, Jefe del Estado Mayor de la I División de Ejército.
A la ceremonia asistieron las principales autoridades de la región

 



 

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