PERU DEFENSA
Perú retrasa la ampliación de la vida útil de los An-32B
El concurso público
convocado por la 1ª Brigada de Aviación del Ejército, a fin de ampliar de la
vida útil de 20 a 40 años por etapas de 2 sus Antonov An-32B Cline podría
retrasarse debido a una campaña mediática que, sin sustento técnico alguno, está
cuestionando los requerimientos de las bases y la capacidad técnica de los
postores. Esta situación complicaría seriamente la disponibilidad a futuro de
estos aparatos, que son considerados vitales en las operaciones de transporte
militar y de acción cívica, así como en las contrasubversivas en el Valle de los
ríos Apurimac, Ene y Mantaro (VRAEM).
Se preveía que los trabajos –que deben realizarse en coordinación con el Centro de Mantenimiento Aeronáutico del Ejercito (CEMAE)- comprenderán, entre otros, una serie de inspecciones en la estructura principal (a fin de detectar presencia de rajaduras, corrosión o defectos), de los motores y planta de potencia auxiliar, controles de vuelo y trenes de aterrizaje, así como de los sistemas eléctrico, contra incendio, combustible y neumohidráulico. Además, se procederá a una revisión de los equipos de aviónica y radiocomunicaciones. La entrega de los 2 An-32B, tras los correspondientes vuelos de prueba y aceptación, estaba prevista para inicios de 2013.
Un tercer aparato deberá ser sometido a este programa en cuanto se asignen los fondos necesarios. La 1ª Brigada de Aviación del Ejército, asentada a un lado del aeropuerto internacional de Lima/Jorge Chávez, se encarga de las operaciones de transporte de personal y carga, así como de proporcionar apoyo táctico a las fuerzas terrestres. Dispone de una flota de helicópteros conformada por 4 Agusta A109, 4 Enstrom F-28C, 1 Mi-8T Hip C, 22 Mi-17-1B Hip F y 3 Mi-26TM Halo C; y otra de aviones integrada –además de los An-32B– por 1 Beechcraft 350, 1 Hawker Beechcraft 1900D, 2 Cessna 162 Skycatcher y 1 Cessna 421 Goldeneye, 5 Ilyushin Il-103, 1 Piper PA-34-220T Seneca III y 1 PA-31T Cheyenne.
Fotografía: An-32B del Ejército peruano
Se preveía que los trabajos –que deben realizarse en coordinación con el Centro de Mantenimiento Aeronáutico del Ejercito (CEMAE)- comprenderán, entre otros, una serie de inspecciones en la estructura principal (a fin de detectar presencia de rajaduras, corrosión o defectos), de los motores y planta de potencia auxiliar, controles de vuelo y trenes de aterrizaje, así como de los sistemas eléctrico, contra incendio, combustible y neumohidráulico. Además, se procederá a una revisión de los equipos de aviónica y radiocomunicaciones. La entrega de los 2 An-32B, tras los correspondientes vuelos de prueba y aceptación, estaba prevista para inicios de 2013.
Un tercer aparato deberá ser sometido a este programa en cuanto se asignen los fondos necesarios. La 1ª Brigada de Aviación del Ejército, asentada a un lado del aeropuerto internacional de Lima/Jorge Chávez, se encarga de las operaciones de transporte de personal y carga, así como de proporcionar apoyo táctico a las fuerzas terrestres. Dispone de una flota de helicópteros conformada por 4 Agusta A109, 4 Enstrom F-28C, 1 Mi-8T Hip C, 22 Mi-17-1B Hip F y 3 Mi-26TM Halo C; y otra de aviones integrada –además de los An-32B– por 1 Beechcraft 350, 1 Hawker Beechcraft 1900D, 2 Cessna 162 Skycatcher y 1 Cessna 421 Goldeneye, 5 Ilyushin Il-103, 1 Piper PA-34-220T Seneca III y 1 PA-31T Cheyenne.
Fotografía: An-32B del Ejército peruano
Jefe del Ejército ordena anular contratos para reparar aviones Antonov
Viernes, 19 de octubre de 2012 | 8:01 am
Ángel Páez.
La Aviación del Ejército canceló los contratos que había suscrito con la compañía peruana Trepsa para la ampliación de la vida útil de dos aeronaves de transporte Antonov AN-32B.
La anulación fue dispuesta por el comandante general del Ejército, general de división Ricardo Moncada Novoa, luego de que la Inspectoría General del Ejército le reportara una presunta irregularidad.
Los contratos para atender los aviones Antonov, que prestan servicio en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), alcanzaban los 7 millones 86 mil 600 soles.
La cancelación de los contratos tuvo su origen en la fuerte presión que impuso la embajada de Ucrania en Lima sobre el Ministerio de Defensa (Mindef) y la Aviación del Ejército, cuyo comandante general, general de brigada EP Daniel Forno, suscribió los contratos con Trepsa. Forno es compañero de promoción del presidente Ollanta Humala.
El encargado de negocios de la representación diplomática ucraniana, Víctor Kharaminskyi, comunicó por escrito que la empresa peruana Trepsa no estaba autorizada por la fábrica de aviones Antonov para efectuar trabajos de mantenimiento y reparación.
TIRA Y AFLOJA
Kharaminskyi también informó que la única empresa autorizada para reparar las aeronaves Antonov es la "Fábrica 410 AC", ubicada en su país, a la que se puede contratar únicamente por intermedio de Ukroboronservice, la representación estatal ucraniana.
En otra comunicación escrita al Mindef, Víctor Kharaminskyi denunció que su representada, Ukroboronservice, "se ha visto impedida de participar en el proceso iniciado por el Ejército". Y propuso como solución enviar "una propuesta técnica-comercial que permita la continuidad de la flota de aeronaves Antonov". Es decir, obtener los contratos sin intervenir en el concurso público.
EL MINDEF RECHAZÓ LA OFERTA
Pero las quejas de Ucrania llegaron a oídos de Palacio de Gobierno, por lo que el general Daniel Forno, quien firmó los contratos con Trepsa, tuvo que solicitar la intervención de la Inspectoría General del Ejército para que determinara si Trepsa contaba o no con autorización de la fábrica de aeronaves Antonov.
La Inspectoría determinó que Aviación del Ejército contrató los servicios de Trepsa para ampliar el recurso calendario del Antonov de 20 a 40 años, un servicio imposible de realizar porque solo puede efectuarse hasta por 4 años y en Ucrania. Lo que correspondía era una ampliación de la vida útil de 20 a 40 años, por etapas, para lo que Trepsa cuenta con autorización de Antonov.
Para evitar suspicacias, la Inspectoría recomendó anular los contratos, lo que finalmente hizo el jefe del Ejército. Ahora se convocará a un nuevo concurso público porque las aeronaves son necesarias para las operaciones en el Vraem.
EL SILENCIO DE UCRANIA
El jefe de la Aviación del Ejército, general Daniel Forno, declaró que fue él quien solicitó al comandante general del Ejército la intervención de la Inspectoría General para que determinara si en la contratación de la empresa Trepsa existieron irregularidades.
El representante de Trepsa, José Vega Adrianzén, mostró las autorizaciones que le dio Antonov para efectuar trabajos en dos aeronaves con técnicos de la misma fábrica.
La embajada de Ucrania no respondió a este diario los pedidos de información.
La Aviación del Ejército canceló los contratos que había suscrito con la compañía peruana Trepsa para la ampliación de la vida útil de dos aeronaves de transporte Antonov AN-32B.
La anulación fue dispuesta por el comandante general del Ejército, general de división Ricardo Moncada Novoa, luego de que la Inspectoría General del Ejército le reportara una presunta irregularidad.
Los contratos para atender los aviones Antonov, que prestan servicio en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), alcanzaban los 7 millones 86 mil 600 soles.
La cancelación de los contratos tuvo su origen en la fuerte presión que impuso la embajada de Ucrania en Lima sobre el Ministerio de Defensa (Mindef) y la Aviación del Ejército, cuyo comandante general, general de brigada EP Daniel Forno, suscribió los contratos con Trepsa. Forno es compañero de promoción del presidente Ollanta Humala.
El encargado de negocios de la representación diplomática ucraniana, Víctor Kharaminskyi, comunicó por escrito que la empresa peruana Trepsa no estaba autorizada por la fábrica de aviones Antonov para efectuar trabajos de mantenimiento y reparación.
TIRA Y AFLOJA
Kharaminskyi también informó que la única empresa autorizada para reparar las aeronaves Antonov es la "Fábrica 410 AC", ubicada en su país, a la que se puede contratar únicamente por intermedio de Ukroboronservice, la representación estatal ucraniana.
En otra comunicación escrita al Mindef, Víctor Kharaminskyi denunció que su representada, Ukroboronservice, "se ha visto impedida de participar en el proceso iniciado por el Ejército". Y propuso como solución enviar "una propuesta técnica-comercial que permita la continuidad de la flota de aeronaves Antonov". Es decir, obtener los contratos sin intervenir en el concurso público.
EL MINDEF RECHAZÓ LA OFERTA
Pero las quejas de Ucrania llegaron a oídos de Palacio de Gobierno, por lo que el general Daniel Forno, quien firmó los contratos con Trepsa, tuvo que solicitar la intervención de la Inspectoría General del Ejército para que determinara si Trepsa contaba o no con autorización de la fábrica de aeronaves Antonov.
La Inspectoría determinó que Aviación del Ejército contrató los servicios de Trepsa para ampliar el recurso calendario del Antonov de 20 a 40 años, un servicio imposible de realizar porque solo puede efectuarse hasta por 4 años y en Ucrania. Lo que correspondía era una ampliación de la vida útil de 20 a 40 años, por etapas, para lo que Trepsa cuenta con autorización de Antonov.
Para evitar suspicacias, la Inspectoría recomendó anular los contratos, lo que finalmente hizo el jefe del Ejército. Ahora se convocará a un nuevo concurso público porque las aeronaves son necesarias para las operaciones en el Vraem.
EL SILENCIO DE UCRANIA
El jefe de la Aviación del Ejército, general Daniel Forno, declaró que fue él quien solicitó al comandante general del Ejército la intervención de la Inspectoría General para que determinara si en la contratación de la empresa Trepsa existieron irregularidades.
El representante de Trepsa, José Vega Adrianzén, mostró las autorizaciones que le dio Antonov para efectuar trabajos en dos aeronaves con técnicos de la misma fábrica.
La embajada de Ucrania no respondió a este diario los pedidos de información.
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