Es tiempo de hacer
algo por ellos. Mostrar respeto. Saludar con una sonrisa, acercarnos y decirles
te agradezco por todo lo que haces por el país, por mí, por los que sufren y
por los que quiero. Exigir –con esa indignación que nos sobra para nuestras broncas
virtuales.
Señor Soldado
Aldo Miyashiro
Nos cuesta ser agradecidos. Los soldados van a las zonas críticas, trabajan en
jornadas interminables, duermen unas cuantas horas antes de volver a la acción.
Nunca se quejan, con las botas hundidas en el barro van cargando niños,
máquinas, donaciones, esperanza.
Tienen fuerza para arengarse cuando el cansancio los golpea, la gente les
demanda lo que no depende de ellos, nadie les reconoce el esfuerzo. Extrañan a
sus familias y me piden que les envíe saludos, que grabe un mensaje para sus
hijos y se les quiebra la voz por ellos, por esos hijos que no pueden ver
porque les toca cuidar a los nuestros.
Escuchan comentarios racistas y clasistas sobre su condición, son mirados hacia
abajo. Algunos no entienden nada, no se dan cuenta que esos muchachos escogieron
defender a todos los demás en una vocación extraña para estos tiempos. Otros no
se percatan de la temeraria, anónima y silenciosa labor que realizan.
Es tiempo de hacer algo por ellos. Mostrar respeto. Saludar con una sonrisa,
acercarnos y decirles te agradezco por todo lo que haces por el país, por mí,
por los que sufren y por los que quiero. Exigir –con esa indignación que nos
sobra para nuestras broncas virtuales.
Realmente me ha conmovido ver el despliegue del soldado peruano. Sí, a ese que
le dices cachaco con un gesto burlón que marca una inexistente superioridad. Es
hora de darle el lugar que se merece a ese héroe que se rifa la vida por la
nuestra. Gracias, señor soldado.
¡GRACIAS SEÑ0R SOLDADO!
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