domingo, 22 de febrero de 2015

Dos reporteros del Diario la República se internaron dos días en un cuartel del Ejército y esto fue lo que encontraron :

Crónica desde un cuartel. A diferencia de décadas pasadas, ahora el Ejército ofrece capacitación y oportunidades de becas a los soldados que cumplen su servicio de dos años.
 
 

Servicio militar voluntario, la otra opción de los jóvenes

AMANECER. Seis de la mañana, parte de la ciudad duerme, es la hora en que los jóvenes del servicio militar voluntario forman en el patio del cuartel de Chorrillos para iniciar sus ejercicios. (Foto: Juan Pablo Ayala)

Crónica desde un cuartel. A diferencia de décadas pasadas, ahora el Ejército ofrece capacitación y oportunidades de becas a los soldados que cumplen su servicio de dos años.
Eduardo Salinas Ydrogo
La mañana calurosa acompaña cada actividad que realizan los comandos de la Primera Brigada de las Fuerzas Especiales. La tropa marcha en el desfile de instrucción y los reclutas del servicio militar voluntario hacen un ceremonial con su paso marcial.
Cada mañana, los más de 800 reclutas que ingresaron en enero pasan revista de tropa. Los jóvenes de 18 y 20 años se colocan frente a frente para que el suboficial Quispe Arce revise que estén bien uniformados, con el cabello corto, afeitados, la polaca y el birrete limpios. Y si la presencia no es la correcta, la falta se castiga con ejercicios físicos, como planchas o ranas.
"¡Recluta!, nombre completo", le solicitan a Martín Aliaga, conocido como 'Pato Lucas'. El soldado responde rápidamente, pero Quispe Arce, muy estricto, nota que los borceguíes de Martín no están bien lustrados. Entonces viene el castigo. "¡Veinte planchas!, ¡A comenzar!", dice Quispe.
El orden y la disciplina en la vida militar es la base de todo.
Mientras, en la otra línea, Paulo Chavarría le saca lustre a su borceguí derecho frotándolo con su pantalón; quiere evitar el castigo, sobre todo al notar que llegó un nuevo recluta a la tercera sección.
Al mismo tiempo, muchos jóvenes viven enfocados en el trabajo y los estudios. En medio del bullicio y el calor, hay un rincón en Chorrillos donde la vida es distinta: el cuartel del Ejército.
En el servicio militar voluntario los jóvenes de 18 a 25 años reciben instrucción militar y también capacitación técnica productiva durante 24 meses. Esta preparación se realiza en cuatro etapas: fase básica, módulos, especializado y operacional, y el centro técnico productivo.
Los nuevos soldados reciben la dura instrucción básica, que busca adaptar a los civiles a la vida militar. Se les enseña la disciplina, leyes y reglamentos dentro del Ejército, instrucción de armamento, disparos de precisión, curso de paracaidismo militar, etc.
Este servicio es una oportunidad que cientos de jóvenes podrían tomar si les interesa la vida militar y si no cuentan con los recursos económicos para seguir una carrera universitaria o técnica. Pero ojo, es importante que sea de forma voluntaria y que los muchachos lo elijan sabiendo de antemano qué beneficios ofrece.
DISCIPLINA EN LA CUADRA
Los comandos más noveles de la Primera Brigada de las Fuerzas Especiales se encuentran en constante observación. 
La disciplina es básica y de ello se encarga el teniente EP Lennin Araneda, jefe del comando Delta. Araneda y varios suboficiales y monitores tienen siempre listos a soldados reemplazo para cada sección. Con ellos no se juega.
Luego de marchar, Araneda traslada la compañía a la cuadra y comienza a revisar el orden de los taburetes e identificar que toda la ropa y utensilios de aseo se encuentren ordenados.
Ciertamente el error se paga con castigo, y en esta ocasión el teniente toma su cuaderno y apunta las fallas de los reclutas. Cada desorden se castiga con minutos en contra en el momento de las visitas dominicales.
"La cama debe estar tendida perfectamente, debe parecer un sobre; al lanzar una moneda en la cama la moneda debe rebotar", advierte Araneda, quien es muy estricto y está muy pendiente del desarrollo de los reclutas.
EL RANCHO
El momento anhelado para muchos es la hora del rancho. En el cuartel se come tres veces al día: desayuno, almuerzo y cena. Cada uno cuenta con una charola para comer, acondicionada para recibir la entrada, el guiso, el refresco y el postre.
Martín Aliaga y Paulo Chavarría están juntos y al grupo se une Cristian Sulca Salvatierra. Siempre procuran estar adelante en la formación y, entusiasmados, ayudan a sus compañeros cuando se encuentran desganados.
En la cola para recibir los alimentos, Martín, de 19 años,  tiene tatuado a un 'Pato Lucas' en el cuello. Cuenta que en su infancia era canillita en su barrio de San Martín de Porres. Confiesa que le gusta la vida militar y no le molesta que lo castiguen con ejercicios físicos, siente que lo hacen por su bien.
Sopa de entrada, arroz con alverjita partida, hot dog, refresco y una fruta... la ración es insuficiente para algunos, que aprovechan que algún compañero decida no terminar su comida para pedirla.
La dura vida en el cuartel te obliga a no dejar nada de comida en la charola.
SALTO DE TORRE
El jefe del batallón de reclutas, teniente coronel EP Reynaldo Muñoz Bastidas, está al mando. Él tiene una buena noticia para los reclutas: los superiores aprobaron varias instrucciones para la tropa: paracaidismo, lección de armamento, etc.
Muñoz es un viejo oficial  que inspira respeto, de boina negra, porte militar y lentes oscuros. Todos los comandos lo quieren imitar.
Él cuenta que para alentar el valor del soldado y poder medir su capacidad y confianza, la brigada de Fuerzas Especiales prepara a sus reclutas con pruebas de determinación, como es el salto desde una torre y el paracaidismo.
Esta actividad la cumplirán por primera vez 'Pato Lucas' y sus compañeros, quienes se encuentran entusiasmados por el salto que realizarán. La explicación que hace el técnico Chilón es rápida. Cuenta cómo deben de actuar en los pocos segundos que tienen para activar el paracaídas. El salto desde la torre es como una caída de un edificio de cinco pisos. Es un descenso en diagonal con una cuerda y se dirige en caída libre hacia una pequeña colina.
"Mi nombre es Luis Enrique Janampa Culquicondor, tengo 18 años y vivo en Independencia; le dedico mi salto a mi madre", dice un soldado que a los pocos segundos grita, suspendido en el aire.
Un pie adelante y otro hacia atrás para tomar impulso; barbilla al pecho y codos a los costados para evitar golpearse con las correas; manos sujetando la supuesta reserva; las piernas juntas y los ojos abiertos. Y cuando ya estás en el aire a contar, un mil, dos mil, tres mil, cuatro mil, y ¡para arriba!
En este desafío se muestra la destreza del recluta, la técnica irá mejorando con la práctica; en el futuro el salto no será de una torre, sino desde un avión o un helicóptero. Los instructores cuentan que muchos se resisten a saltar.
De pronto, cuando la luz del sol empieza a desvanecerse, los reclutas vuelven a la cuadra para bañarse y dormir. En el cuartel todos duermen a las 9 de la noche.
INSTRUCCIÓN DE TIRO
Antes de que salga el sol, el toque de diana pone en pie a la tropa. Luego de los ejercicios físicos, en ocasiones carreras de 10 kilómetros alrededor del cuartel, ponen a punto físicamente a la tropa y luego a las duchas, para su nueva instrucción.
El lugar es el Batallón de Comando 19, compañía que combatió en el conflicto armado en el Cenepa y que constantemente cuenta con comisiones en el Vraem. Luego de que la tropa forma un cuadrado, sale el teniente Bartolini e inicia la instrucción utilizando el fusil de asalto Scar STD y Scar SQC, de fabricación belga.
"Al percutar, un cartucho del Scar STD recorre tres mil metros, con un alcance letal de 1300 metros y un alcance efectivo de 300 metros; con una cadencia de tiro de 625 revoluciones por minuto", instruye el teniente Bartolini.
Muy atentos se encuentran los comandos. Al escuchar la instrucción, Martín Aliaga y algunos de sus compañeros responden a las preguntas del teniente. Se nota que están muy interesados. El oficial informa que este armamento fue adquirido por el Ejército hace cinco años, agregando que es el mejor equipamiento con el que cuenta las fuerzas armadas peruanas, porque estos fusiles belgas cuentan con la tecnología necesaria para cumplir las más difíciles misiones.
TÉCNICO PRODUCTIVO
Antes de culminar su reclutamiento, los cientos de reservistas del servicio militar voluntario ingresan, en los seis últimos meses, al módulo técnico productivo que se encuentra constituido por programas que ofrecen seis especialidades, como construcción civil, mecánica automotriz, metalmecánico, tintorería y estampado, textil, confección y computación.
"Esto permite que el personal de tropa del servicio militar, en la fase final, adquiera una formación técnica productiva para que puedan insertarse en el mercado laboral con las habilidades que el Ejército les ha brindado".
"Además, el servicio da una serie de beneficios que brindamos dentro del cuartel, pero hay otros beneficios y convenios", detalla el coronel EP César Andaluz Salaverry, jefe de operaciones de la Primera Brigada de las Fuerzas Especiales.
A los reclutas de la primera sección les falta mucho camino por recorrer en la vida militar.
A Martín, Paulo, Luis Enrique y Cristian les esperan decenas de días bajo el inclemente sol y luego el frío, pero juntos buscan un objetivo, que es el mismo de muchos jóvenes en el país: formarse, estudiar y desarrollarse en la vida.❧
Estudios, becas y trabajo luego del servicio
- Para los jóvenes que opten por enlistarse en el servicio militar, este año el Programa Beca 18 entregará dos mil becas para los conscriptos que culminen su servicio y deseen seguir una carrera técnica o universitaria.
- “El joven que realiza su servicio militar voluntario tiene la opción de elegir la beca pregrado, con la que podrá estudiar 5 años en una universidad particular o estatal o en un instituto superior tecnológico. Lo que buscamos es que los jóvenes que culminen su estancia en el cuartel se dediquen a estudiar”, apunta el coronel EP Iván Rojas Rodríguez, del Comando de Reserva del Ejército.
- Otra modalidad de estudio para los jóvenes que no cuentan con secundaria completa es la beca técnica productiva, que tiene una demanda laboral importante. De allí salen como electricistas y carpinteros que son certificados por institutos como Senati o Sencico.
- “Para los jóvenes que deseen seguir la carrera de seguridad penitenciaria, el INPE tiene un convenio en el que los licenciados del servicio militar tienen prioridad en la captación. Estudian 3 meses y al trabajar ganan 1.800 soles”, agrega Rojas.  Además, en los próximos meses se abrirá el nuevo Instituto Superior de las FFAA, que funcionará en el fuerte Hoyos Rubios. A esta modalidad también podrán acogerse los licenciados del servicio militar.
EN CIFRAS
S/. 253 es lo que recibe de propina un joven que recién ingresa al servicio militar voluntario.
S/. 365 recibe un sargento en la última etapa de su servicio militar voluntario.
80% de crecimiento tuvo el reclutamiento de jóvenes voluntarios en los 2 últimos años.
“Hacer el servicio militar voluntario es una experiencia de vida en la que se le capacita al personal de tropa en la vida militar, además de generar valores, buenos hábitos y disciplina”. Cnel. EP César Andaluz. I Brig. de Fuerzas Especiales
“Nos brindan todas las becas que podamos cubrir, hay que cumplir unos requisitos mínimos, es una oportunidad para que los chicos estudien y logren una profesión. Todos quieren la Beca 18”. Cnel. EP Iván Rojas. Comando de Reserva

2 comentarios:

  1. El ejercito da la mejor oportunidad y motiva y descubre la vocacion real de los jovenes que les gusta ser militar o Ingenieros y tcos. natos que el PERU necesita, pero para ser licenciado tipo A; que las becas sean para el extranjero capacitarlos mejor, para ser buenos matematicos, fisicos y poder construir nuestros propios misiles, o informaticos en diferentes idiomas para traer tecnologia, el ejercito tiene la oportunidad de seleccionar a sus mejores hijos de la patria.
    y que viva el Comandante General del ejercito Ronal Hurtado Jimenes de la XXII promocion del 75. Colegio Militar Coronel Francisco Bolognesi de Arequipa

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  2. El ejercito da la mejor oportunidad y motiva y descubre la vocacion real de los jovenes que les gusta ser militar o Ingenieros y tcos. natos que el PERU necesita, pero para ser licenciado tipo A; que las becas sean para el extranjero capacitarlos mejor, para ser buenos matematicos, fisicos y poder construir nuestros propios misiles, o informaticos en diferentes idiomas para traer tecnologia, el ejercito tiene la oportunidad de seleccionar a sus mejores hijos de la patria.
    y que viva el Comandante General del ejercito Ronal Hurtado Jimenes de la XXII promocion del 75. Colegio Militar Coronel Francisco Bolognesi de Arequipa

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