Ahora yo pregunto:
¿saben cuánto gana un soldado al mes? Posiblemente, lo que gasten en una cena
en un buen restaurante, en un par de zapatillas o en un buen vino. ¿Saben que
nuestros soldados tienen que patrullar por varios días muchas veces con sus
implementos destruidos producto del uso y de las condiciones climáticas? ¿Saben
que los integrantes de las Fuerzas Armadas frecuentemente se pierden los
cumpleaños de sus hijos y no pueden ir a sus actuaciones? ¿Saben que, incluso,
muchos no ven crecer a sus hijos o estos no los conocen porque fallecieron en
actividad?
EN ESTA GUERRA TODOS SOMOS SOLDADOS
LA PRENSA EXTRANJERA YA INFORMA AL MUNDO
SOBRE EL CARIÑO Y RESPETO DE LA POBLACIÓN AL SOLDADO
YA ES COMÚN VER A TRAVÉS DE LOS MEDIOS DE PRENSA EL
TRIBUTO Y CARIÑO DEL PUEBLO A SUS SOLDADOS
Gracias por tanto:
Desde niño, he
escuchado, en algunos canales de televisión, a personas que manifestaban,
erradamente, que las Fuerzas Armadas no servían para nada, que eran un gasto
mantenerlas y que no contaban con estrategias en el corto plazo bien definidas.
Una vez que crecí y adquirí más conocimientos, me di cuenta de que estas
personas que emitían esos comentarios presentaban un problema muy grave, ya que
no sabían los conceptos claros y eran lo que yo no denomino como sabelones de
bolsillo: aquellas personas que dicen ser expertas en algo, pero que no se han
dado el trabajo de investigar antes de hablar.
Para algunas
personas, pertenecer a las Fuerzas Armadas en el Perú no es sinónimo de respeto
y muchos tienden a menospreciar a sus integrantes. Por ese motivo, decidí
expresar mi opinión sobre el rol estratégico de nuestras Fuerzas Armadas, ya
que sus integrantes están los 365 días del año velando por nuestra seguridad
desde múltiples perspectivas. Pertenecer a las Fuerzas Armadas (Marina de
Guerra del Perú, Ejército del Perú y Fuerza Aérea del Perú) es un honor, porque
sus miembros entregan sus vidas por personas que no conocen.
Ahora yo pregunto:
¿saben cuánto gana un soldado al mes? Posiblemente, lo que gasten en una cena
en un buen restaurante, en un par de zapatillas o en un buen vino. ¿Saben que
nuestros soldados tienen que patrullar por varios días muchas veces con sus
implementos destruidos producto del uso y de las condiciones climáticas? ¿Saben
que los integrantes de las Fuerzas Armadas frecuentemente se pierden los
cumpleaños de sus hijos y no pueden ir a sus actuaciones? ¿Saben que, incluso,
muchos no ven crecer a sus hijos o estos no los conocen porque fallecieron en
actividad?
Posiblemente, los que
me leen tengan la suerte de ver crecer a sus hijos, de compartir un buen
almuerzo con ellos, de salir al cine juntos o de simplemente desearles buenas
noches todos los días. Estamos en un país donde personas que compiten tirándose
tortas en la cara ganan más que un soldado, en un país donde emitir un programa
de baja calidad intelectual genera más rating que uno que enseñe a los jóvenes
la importancia de la historia y el aporte que han tenido los miembros de las
Fuerzas Armadas en la configuración actual de nuestra nación.
En mi tiempo libre,
me dedico a educar a jóvenes de escasos recursos y, en febrero, tuve la
oportunidad de estar en un colegio de Pachacútec, Callao. Preparé una clase de
emprendimiento para los jóvenes de quinto año de secundaria y les pregunté si
sabían quiénes eran Abimael Guzmán y Cerpa Cartolini. De un grupo de 30 alumnos
y alumnas, 28 no sabían quiénes eran y dos me respondieron que eran cantantes
de salsa. Ante esta respuesta, seguí profundizando y les pregunté sobre el
combate de Angamos y la batalla de Ayacucho. La respuesta fue que el único
combate que conocen es aquel que pasaban en un canal de televisión. Finalmente,
les pregunté por el coronel Francisco Bolognesi, el almirante Miguel Grau o el
capitán José Quiñones, y me dijeron que el único capitán que conocían era el
que dirigía un equipo en un programa muy sintonizado. Comprendí que parte de la
falta de amor a nuestras Fuerzas Armadas radica en la educación que reciben los
jóvenes. Lamentablemente, no se les enseña el rol estratégico de las Fuerzas
Armadas ni siquiera a través de personajes históricos como los mencionados.
No esperemos otro
fenómeno de El Niño u otro coronavirus para darle el lugar que corresponde a
nuestras Fuerzas Armadas. Gracias al Ejército del Perú, a la Marina de Guerra
del Perú y a la Fuerza Aérea del Perú por tanto… y perdón por tan poco.
Diego Noreña
UN MENSAJE PARA LOS NIÑOS DEL PERÚ Y DEL MUNDO
APLAUSOS PARA EL PERÚ
PUEBLO Y EJÉRCITO UNIDOS HISTÓRICAMENTE
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